Isabel Gómez-Serranillos & Aníbal Soriano

Isabel Gómez-Serranillos & Aníbal Soriano

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Aníbal Soriano nace en Sevilla, donde desde muy joven se inclina hacia el estudio de la música antigua influenciado por su profesor de guitarra Emilio Carrión y su profesor de Coro Alonso Salas. Con el primero obtiene en el conservatorio superior “Manuel Castillo” de Sevilla el título de profesor de Guitarra Clásica y más tarde, con Juan Carlos Rivera, el de Instrumentos de Cuerda Pulsada del Renacimiento y Barroco.

Ha recibido clases de Hopkinson Smith, Gerardo Arriaga, Xavier Díaz, Robert Barto y Paul O´Dette. Ha trabajado con Accademia del Piacere, La Bella Tiranna, Diesis, Arte Factvm, Coro Barroco de Andalucía, Amadis Antiqua, Camerata Hispalense, La Ritirata, La Folía, Música Liberata, Orfeón San Juan Bautista de Puerto Rico, Orquestas Sinfónicas de Sevilla y Málaga, Orquesta de Baza, Orquestas Barrocas de Granada, Sevilla, Pamplona, La Capilla Real de Madrid y Archivo 415.

 

Ha actuado en escenarios tan importantes como el Palau de la Música de Barcelona y el Teatro Maestranza de Sevilla y en Festivales de Música Antigua de Úbeda y Baeza, El Puerto de Santa María (Cádiz), Cáceres, Tiana (Barcelona), Aracena, Gijón, Lagoa (Portugal), Logroño, Peñíscola, Festival Iberoamericano de las Artes de Puerto Rico, Festival de Música Española de Cádiz, Festival Oude Muziek de Utrecht (Holanda) y giras por Argentina, Uruguay, Chile y Brasil.

Ha realizado grabaciones para la radio, televisión y cine. Durante diez años fue director del Ciclo de Música Antigua de Coria del Río y en la actualidad dirige las Jornadas de Música Renacentista Arias Montano de Alájar, la Muestra de Música Antigua Castillo de Aracena, la Orquesta Barroca Cristóbal de Morales y es profesor de Instrumentos de Cuerda Pulsada del Renacimiento y Barroco, Música de Cámara y Continuo en el Conservatorio Profesional “Cristóbal de Morales” de Sevilla.


Isabel Gómez-Serranillos también nace en Sevilla en 1988 donde comienza a tocar el cello a la edad de once años. Es diplomada en Magisterio Musical por la Universidad de Sevilla. Estudia cello moderno y barroco con Manuel Tomillo en el conservatorio Profesional Cristóbal de Morales de Sevilla. Ha recibido clases de cello de Leonardo Luckert, Dirk Vanyhuse, Álvaro Campos, Gregory Bennet y Mercedes Ruiz y de música antigua de especialistas como Alonso Salas, Raquel Batalloso, Peter Zajicek y Walter Reiter. Ha trabajado con agrupaciones de música antigua como Orquesta Barroca de Granada, Ottava Rima, Folengo, Compañía Lírica María Malibrán y es miembro permanente de la Orquesta Barroca Cristóbal de Morales de Sevilla y de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía. Entre otras obras ha interpretado L´Orfeo de Claudio Monteverdi, Dido y Eneas de Purcell, La Serva Padrona de Pergolesi, las cantatas Membra Jesu Nostri de Buxtehude y Acis y Galatea de Haendel en certámenes prestigiosos como las Jornadas de Música Renacentista y Barroca Arias Montano de Alájar, Muestra de Música Antigua de Olivares, Festival A Orillas del Guadalquivir, Ciclo de Música Antigua de Málaga, Semana de Música Antigua de Gijón y Muestra de Música Antigua Castillo de Aracena.

ENTREVISTA extraída de musikawa.es:

¿Cómo fue tu primer contacto con la música antigua? ¿A qué edad comenzaste a tocar?

ISABEL: Comencé a tocar el cello a los 11 años y a interesarme por la interpretación histórica a los 19 años. Mi primer contacto con la música antigua fue con la Orquesta Barroca del conservatorio Cristóbal de Morales de Sevilla.

ANÍBAL: Mi primer contacto con la música antigua fue a la edad de 18 años, cuando mi profesor de Guitarra Clásica, Emilio Carrión, me empezó a transmitir su entusiasmo por la música de Bach. Empecé a tocar la guitarra a la edad de 13 años, pero a estudiar instrumentos antiguos no fue hasta la edad de 29 años, con Juan Carlos Rivera.

¿Qué producción discográfica de estas últimas décadas te ha marcado más?

ISABEL: Sin duda las del contratenor Philippe Jaroussky.

ANIBAL: Las ediciones de ópera que dirige Marc Minkovski con Les musiciens du Louvre, especialmente la ópera Platée de Jean-Philippe Rameau.

¿Qué obra musical recomendarías a una persona que no conoce el universo de la música antigua?

ISABEL: La música de Carl Philipp Emanuel Bach, que es una música a medio camino entre la música barroca y la clásica, y cuyo repertorio quizás sea de los más olvidados hoy día.

ANÍBAL: Esto es complicado, porque seguramente las obras que a nosotros nos gustan más no son las más idóneas para recomendar a alguien que se quiere iniciar en la música antigua. Creo que Bach es el más grande y, de sus obras, quizás La Pasión según San Mateo sea la que más me marcó en mi juventud, pero para que alguien empiece a enamorarse con este repertorio tan vasto, sería más interesante que lo haga desde obras con una forma musical más cercana a la música que hoy escuchamos, y con esto me refiero a obras cuya estructura está basada en obstinatos, en bajos de chaconas, folías, etc. Lo que puede funcionar mejor para estos menesteres es asistir a buenos conciertos de música antigua.

Sobre luthería… ¿Qué instrumentos tocas y cuál te gustaría tener en tu colección?

ISABEL: Toco el violoncello y el violonchelo barroco. Quisiera tener en mi colección un cello barroco de la época, para saber qué características exactas tenían estos instrumentos y así diferenciarlos de los avances técnicos que nosotros les añadimos. Aunque las diferencias constructivas están claras, hay otros elementos que nunca sabremos cómo eran, como el sonido, la tensión y calidad de las cuerdas de tripa.

ANÍBAL: Buff… esto sí que es una locura cuando decides dedicarte a tocar instrumentos antiguos. Recuerdo perfectamente cuando empecé a tocar el láud del Renacimiento, que fue mi primer instrumento antiguo, y le comenté a Juan Carlos Rivera que yo no querría tocar más instrumentos porque todo me parecía muy complicado. Él sonrió y me dijo, que esto sólo era el comienzo. ¿Cuáles toco ahora? Hoy tengo cítola medieval, laúd árabe, laúd de 7 órdenes, 2 laúdes de 8 órdenes, guitarra renacentista, vihuela, archilaúd, tiorba, guitarras barrocas, guitarra clásico-romántica, mandolina, laúd barroco, viola da gamba, clave, violines barrocos, cello barroco, guitarra acústica, 2 guitarras eléctricas, clavinova… jaja ¿tantos tengo…? ¡¡Nunca los había escrito todos juntos!! Algunos, como los violines, no los toco, otros como la viola y el clave, me gusta jugar con ellos, probar, y quisiera tocarlos mejor con el tiempo. Algunos los he dejado de tocar, como las guitarras eléctricas, que tocaba cuando tenía los pelos largos…. Los antiguos los toco todos, aunque algunos me resulten más complicados. Trabajar con formaciones renacentistas me obliga a usar más la vihuela y el láud y la práctica barroca del bajo continuo a tocar más la tiorba, la guitarra barroca y el archilaúd. Esto, como decía, es una locura, un repertorio tan amplio con una música tan maravillosa.

En este concierto toco dos guitarras barrocas que son copias del modelo que construía Stradivarius en Cremona en 1668- Aunque este luthier se hizo famoso por sus violines, evidentemente hacía también otros instrumentos barrocos. El que me gustaría tener en mi colección sería un laúd original del siglo xvi, pero no ha sobrevivido ninguno que se pueda tocar.

¿Qué opinas sobre la profusión de los festivales de música antigua en todo el territorio nacional y fuera de España? ¿Qué puede ofrecer al alumnado la asistencia a un festival de estas características?

ISABEL: Los festivales de música antigua juegan un papel esencial, ya que son unas de las únicas vías posibles para que el alumnado se pueda acercar a este repertorio con criterios historicistas.

ANÍBAL: ¡¡Me alegra que me haga usted esta pregunta!! Los festivales de música deberían estar implantados en todo el territorio nacional como lo están los partidos de fútbol. Llevamos siglos de desventaja respecto a países como Alemania que, desde el Renacimiento de Lutero, empezaron a hacer música para alabar a Dios y, de esta manera, en cualquier casa había música desde pequeño, aunque luego uno no fuera músico profesional. Los festivales son ejes fundamentales en la vida musical de un pueblo, ellos vertebran la vida cotidiana y hacen posible que los músicos tengamos una salida profesional que
de otra manera sólo tendríamos en la docencia. La oferta de conciertos, tanto de música antigua como de otro estilo musical, deberían estar inmersos en nuestra cultura, como pasa en países centroeuropeos, y no tendría que ser un fenómeno aislado.

Hoy día, manipulados y engañados todos por la política y la banca, que un festival no desaparezca es una ardua labor. En tiempo de crisis, lo primero que cae es la cultura, cuando debería ser ésta la que se mantuviera arriba, como un bien preciado. Sin ir más lejos, este año, si no lo impide nada, desaparecerá el festival de Música Renacentista y Barroca de Alájar (Huelva), y el de Aracena, si no desaparece tendrá que inventarse de nuevo porque el presupuesto es ridículo. Sinceramente, llego a pensar que los festivales están infravalorados por las administraciones culturales que nos gobiernan.

 

 

Si desaparece un festival como el de Aracena, con el éxito consolidado y la impresionante trayectoria que tiene, ¿qué otra cosa podemos esperar de nuestros políticos? Un festival de música antigua en el que se desarrollen cursos de interpretación es a veces la única vía para que coincidan en el mismo tiempo y lugar especialidades instrumentales que no aparecen reflejadas en las enseñanzas de nuestros conservatorios o escuelas de música; violín barroco, cello barroco, canto renacentista y barroco, cuerda pulsada antigua, flauta de pico, viola da gamba, clave, etc. ¿Qué otra forma mejor existiría para que un alumno pueda acercarse a estos instrumentos sino asistiendo a un festival de música antigua? A veces, los festivales de música antigua, como otro tipo de eventos como este III Encuentro de Guitarra, se llevan a cabo gracias a la iniciativa y empeño de particulares o de instituciones educativas que no están creadas para organizar festivales, y gracias a personas como ustedes (mi aplauso desde aquí) hacen posible que haya un halo de luz y de esperanza cultural para un pueblo entretenido entre televisiones penosas y ligas con presupuestos de infarto que no hacen otra cosa que ”entretener al pueblo para que nuestros políticos puedan hacer todo lo que quieran, aunque nos perjudiquen”.

 

 

Cuando uno viaja por el mundo tocando y ve ejemplos tan admirables como el de la música orquestal en Venezuela con su proyecto de ”Tocar y Luchar”, admirado y exportado a tantos países, uno piensa ¿no viajan nuestros políticos o viajan y no quieren ver? Como a veces escucho decir que un pueblo tiene los políticos que se merece, quisiera aprovechar este pequeño espacio para denunciar la vergonzosa situación de una Andalucía que permite en su organigrama cultural el sangrante Diván de Baremboim y al mismo tiempo deja que se le muera en los brazos festivales de música antigua que han emergido desde lo más profundo de su cultura: su gente.

 

Entrevista escrita por Daniel Vissi, Profesor Superior de Guitarra (CSM), Maestro en Educación Musical (UMU), DEA en Educación Musical y Nuevas Tecnologías (UNED). Master en Estudios Norteamericanos (UAH). Desde 2002 investiga sobre la música norteamericana en el s. XIX. Es profesor y jefe de departamento de guitarra en el Conservatorio Joaquín Turina de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Impulsor del Encuentro de Guitarra “Sanlúcar de Barrameda”, dedicado a los más pequeños/as, que tiene un espíritu integrador entre las diversas escuelas de guitarra clásica, flamenca y eléctrica. Twitter: @DaniVissi

Fuente musikawa.es:

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