Oh Virgen y diadema

¿Qué te parece un viaje musical a épocas más antiguas?

¿Y qué te parece si además lo hacemos en compañía de una de las mujeres cuyos pentagramas nos han llegado desde esos tiempo remotos?

Es posible que ya sepas a quién me estoy refiriendo porque con esos datos.

La música de hoy tiene ese hipnotismo característico de la música medieval.

Quien nos hipnotiza es Hildegard Von Bingen (1098-1179), abadesa benedictina, escritora, compositora, filósofa, mística, visionaria y polímata alemana nacida en Bermersheim vor der Höhe.

Se dice que ya con cinco años tenía visiones y sus padres decidieron ponerla bajo los auspicios de unas monjas.

Entró primero en el monasterio de Disibodenberg, cerca de Bingen, donde terminó siendo priora.

En 1141 tuvo una visión mística en la que se veían lenguas de fuego descendiendo sobre ella, por lo que se dedicó toda su vida a seguir esta visión mística.

Ese mismo año empezó a dejar por escrito sus visiones, pero también redactó otras obras, como tratados de biología y medicina.

Alrededor de 1150 recogió una serie de poemas litúrgicos y devocionales a los que añadió música.

A lo largo de su vida se dedicó a aumentar esta colección.

Su correspondencia también fue muy abundante, dando consejos en ella a abades y abadesas, reyes, emperadores, papas y otras personalidades europeas.

Una de las piezas escritas por esta mujer es la secuencia O virga ac diadema.

Está considerada como una de sus mejores obras dedicadas a la Virgen.

A ella misma le gustaba mucho e intenta describir a la María como mujer que trajo al mundo la salvación, la madre de todos nosotros.

Esta obra está escrita en forma de anillo y la santa consigue con ella un milagro ya que combina perfectamente palabras y música.

Va agrupando los versículos de dos en dos, pero lo hace con una especial libertad sin atenerse a la forma tradicional.

A lo largo de todo el texto la santa hace una especie de catequesis mariana, acompañando con música cuidadosamente elegida los diversos conceptos teológicos.

En fin, una obra para escucharla, disfrutarla y comprenderla.

La interpretación es del conjunto Sequentia.

Escrito por Pepe Gallardo para AeternaChristiMunera