JUAN DEL ENCINA: EL “CANCIONERO” DE 1496

JUAN DEL ENCINA: EL “CANCIONERO” DE 1496

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«El Cancionero de las obras de Juan del Encina (Salamanca, 1496) constituye un hito en la literatura española desde varios puntos de vista.

En lo que se refiere a la presentación física del volumen, la crítica ha subrayado su condición de incunable, la riqueza de su ornamentación y la habilidad con que fue impreso en las prensas salmantinas.

Se trata del primer cancionero de autor que aprovechó la nueva vía de la imprenta para su difusión editorial y, desde luego, el experimento del músico y poeta supuso un éxito editorial sin precedentes a juzgar por las sucesivas ediciones, ya en época postincunable: 1501 (Sevilla), 1505 (Burgos), 1507 (Salamanca), 1509 (Salamanca) y 1516 (Zaragoza).

El apoyo de los Reyes Católicos —su escudo figura al frente de algunas ediciones— y el de la casa de Alba, a la que estaba vinculado Juan del Encina, contribuyó a culminar con éxito su empresa.

La ingente obra literaria de Juan del Encina se extiende, en la edición princeps de la imprenta de Salamanca, a lo largo de 118 folios y alcanza —si nos limitamos a la poesía— unos 15.000 versos.

Este auténtico ‘opus maius’ recorre prácticamente todo el amplio espectro de la poesía cancioneril de su tiempo: en cuanto a los temas encontramos composiciones religiosas y devotas junto a otras de tipo moral o de circunstancias (elegíacas, celebrativas, cómicas), sin que falten numerosas poesías amorosas y algunas otras de burlas.

Pero también las diversas formas que ofrecía la poética de cancionero aparecen muy bien representadas: géneros de forma fija (villancicos, canciones, motes) y poesía estrófica libre (coplas, glosas), romances con sus deshechas, etc.

Por otro lado, encontramos muchos otros textos que no admiten etiquetas fáciles dentro del conjunto: textos en prosa, un novedoso Arte de poesía castellana, una traducción de las Bucólicas de Virgilio en coplas, un corpus de obras dramáticas, etc.

A pesar de su amplitud, el Cancionero de Encina no puede considerarse como la obra de toda una vida dedicada a la música y la poesía en las cortes literarias de su tiempo.

Y esto por la sencilla razón de que no contaba treinta años cuando editó su obra (había nacido en 1468) y porque no murió hasta finales de 1530.

Él mismo mencionará su juventud en el Prohemio a los Reyes Católicos –el primero de los preliminares—:

“que todas son obras hechas desde los catorze años hasta los veinte y cinco, adonde para lo que en mi favor no hiziere me podré bien llamar a menor de hedad”. La tópica excusatio de los fallos con el clásico recurso a la juventud del poeta no esconde la realidad: se trata de una obra de relativa juventud.»

EL CANCIONERO DE ENCINA Y LOS CANCIONEROS DE AUTOR

“El más elaborado de los cancioneros de autor del cuatrocientos es el que Juan del Encina publicó en Salamanca en 1496.

Aunque no deja de recibir alguna influencia de lo que se llaman comúnmente cancioneros colectivos, la tradición en la que se inscribe el opus maius del salmantino es la de los cancioneros de autor, aquellas compilaciones de poesía cortesana que fueron diseñadas y organizadas por los propios autores de las composiciones y en vida de ellos.

En concreto la obra de Encina, y en particular su organización interna, tiene algunos puntos de contacto evidentes con las compilaciones manuscritas del Marqués de Santillana (MN6, PN12 y, sobre todo, SA8), Gómez Manrique (MN24 y MP3) y Juan Álvarez Gato (MH2), todos ellos grandes poetas cancioneriles que organizaron su lírica en cancioneros manuscritos (o, al menos, supervisaron muy de cerca ese proceso).

Evidentemente la primera gran innovación enciniana es el hecho de que su cancionero sea impreso: el salmantino tuvo la habilidad de descubrir las extraordinarias posibilidades que ofrecía la imprenta para la difusión de su obra poética; el suyo es el primer cancionero de autor impreso, aún en período incunable.

En la práctica —y es este un segundo mérito que hay que conceder a Encina— con su obra por primera vez ve la luz en la imprenta una notable cantidad de poesía amatoria cancioneril: no parece arriesgado conceder al Cancionero de Encina el mérito de haber convertido en impresa la poesía de cancionero, quince años antes de Hernando del Castillo». – (Tesis doctoral de ÁLVARO BUSTOS TÁULER : PDF )

El talento inconmensurable del poeta, músico y autor teatral, Juan del Encina (Encina de San Silvestre, Salamanca 1468 – León, 1529), no tiene parangón. Los textos de Encina testimonian la obra literaria de un extraordinario poeta de la época de los Reyes Católicos.

Y para muestra basta un botón (aunque el Cancionero de 1496 es exclusivamente literario, podemos encontrar muchas de las obras, ya puestas en partitura, en otros cancioneros musicales, como el «Cancionero de Palacio» o el «Cancionero de Segovia»), veamos unos ejemplos centrados en el tema del amor, donde Encina nos habla de las emociones y sentimientos de siempre, pero contados y musicados como nunca:

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MÁS VALE TROCAR – Juan del Encina (1468 – 1529).
(Villancico. «Cancionero Musical de Palacio», S. XV/XVI).

Intérprete: Hespérion XX – Director: Jordi Savall. Alia-Vox

Imágenes: Ciudad de Salamanca (España).

LETRA:

Más vale trocar
plazer por dolores,
que estar sin amores.

Donde es gradecido
es dulce el morir;
bivir en olvido,
aquél no es bivir:
mejor es sufrir
passión y dolores,
que estar sin amores.

Es vida perdida
bivir sin amar,
y más es que vida
saberla emplear:
mejor es penar
sufriendo dolores,
que estar sin amores.

La muerte es vitoria
do bive afición,
que espera aver gloria
quien sufre passión:
más vale presión
de tales dolores,
que estar sin amores.

El ques mas penado
mas goza de amor,
quel mucho cuydado
le quita el temor:
assí ques mejor
amar con dolores
que estar sin amores.

No teme tormento
quien ama con fe,
si su pensamiento
sin causa no fue:
aviendo por qué
más valen dolores,
que estar sin amores.

Amor que no pena
no pida plazer,
pues ya le condena
su poco querer:
mejor es perder
plazer por dolores,
que estar sin amores.

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AY, TRISTE QUE VENGO – Juan del Encina (1468 – 1529).
(Villancico. «Cancionero de Segovia», S. XV/XVI ; «Cancionero Musical de Palacio», S. XV/XVI).

LETRA:

¡Ay, triste, que vengo
vencido de amor,
maguera pastor!

Más sano me fuera
no yr al mercado,
que no que viniera
tan aquerenciado:
que vengo cuytado,
vencido de amor,
maguera pastor.

Di jueves en villa
viera una doñata,
quise requerilla
y aballó la pata:
aquella me mata,
vencido de amor,
maguera pastor.

Con vista halaguera
miréla y miróme,
yo no sé quién era,
mas ella agradóme:
y fuesse y dexóme
vencido de amor,
maguera pastor.

De ver su presencia
quedé cariñoso,
quedé sin hemencia,
quedé sin reposo:
quedé muy cuydoso,
vencido de amor,
maguera pastor.

Ahotas que creo
ser poca mi vida,
según que ya veo
que voy de cayda:
mi muerte es venida,
vencido de amor,
maguera pastor.

Sin dar yo tras ella
no cuydo ser bivo,
pues que por querella
de mí soy esquivo:
y estoy muy cativo
vencido de amor,
maguera pastor.

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Mi libertad en sossiego – Juan del Encina (1468 1529).
(Romance. «Cancionero Musical de Palacio», S. XV/XVI).

Intérprete: Ensemble Gilles Binchois – Director: Dominique Vellard.
www.gillesbinchois.com

LETRA:

Mi libertad en sossiego,
mi coraçón descuydado,
sus muros y fortaleza,
amores me la han cercado.

Razón y seso y cordura
que tenía a mi mandado,
hizieron trato con ellos.
!Malamente me han burlado!

Y la fé, que era el alcayde,
las llaves les ha entregado,
combatieron por los ojos,
diéronse luego de grado.

Entraron a escala vista,
con su vista han escalado,
subieron dos mil sospiros,
subió passión y cuydado.

Diziendo: ¡amores, amores!,
su pendón han levantado,
quando quise defenderme
ya estava todo tomado.

Huve de darme a presión,
de grado siendo forçado,
agora triste cativo,
de mi estoy enagenado.

Quando pienso libertarme,
hállome más cativado,
no tiene ningún concierto
la ley del enamorado.

Del amor y su poder
no ay quién pueda se liberado.

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Juan del Encina «Paguen mis ojos, pues vieron»
(Villancico. «Cancionero Musical de Palacio», S. XV/XVI).

LETRA:

Paguen mis ojos, pues vieron,
a quien más que a sí quisieron.

Vieron una tal beldad,
que de grado y voluntad
mi querer y libertad
cativaron y prendieron.

Cativaron mi querer,
en poder de tal poder,
que les es forçado ser
más tristes que nunca fueron.

Más tristes serán si biven,
que si moros los cativen,
porque de mirar se esquiven
a quien nunca conocieron.

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Enlaces:

Facsímil del cancionero de 1496: Cancionero de Juan del Encina 1ª Edición 1496
Encina.pdf
Juan del Encina
Cancionero de Palacio
Cancionero de Segovia

Escrito por Camilo López García

9 Comentarios sobre “JUAN DEL ENCINA: EL “CANCIONERO” DE 1496”

  1. Luis Vásquez dice:

    Excelente música, yo hubiese agregado » Triste España Sin Ventura » , que a mi gusto es una de las mejores composiciones de Encina. Saludos desde Veracruz, México.

  2. IGNACIO hENAO dice:

    Esta música fue uno de mis mejores descubrimientos en una biblioteca en Barcelona. Es sorpreendentemente hermosa esta música.

  3. Son otras versiones pero nos sirven para aprender, recordar y admirar la poesía y la música de Juan del Enzina

  4. Miguel Sans dice:

    Sin arte este claro, era interesante mencionar el posible origen en la villa de Fermoselle. Ciudad frontera y refugio de judíos tu conversos que casan bien con la intelectualidad de su obra y la universalidad de la corte de los Alba y el contacto con el malogrado príncipe Juan (triste España)

  5. Óscar Cárcer dice:

    Ojalá compositores y artistas como Enzina fuesen más conocidos… conviene acabar con la leyenda negra de tiempos como en los que le tocó vivir al maestro. Hablar de lo malo, sí. Pero también de lo bueno.

  6. La abu dice:

    Exquisita composición musical

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