Las Ensaladas de Flecha (1 parte)

Las Ensaladas de Flecha (1 parte)

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Dice Sebastián de Covarrubias en su obra «Tesoro de la lengua castellana o española», Madrid, 1611:

«Y porque en la ensalada echan muchas yerbas diferentes, carnes saladas, pescados, azeytunas, conservas, confituras, yemas de huevos, flor de borraja, grageas y de mucha diversidad de cosas se haze un plato, llamaron ensaladas un genero de canciones que tienen diversos metros, y son como centones, recogidos de diversos Autores.

Éstas componen los Maestros de Capilla, para celebrar las fiestas de la Natividad; y tenemos de los Autores antiguos muchas y muy buenas, como el molino, la bomba, el fuego, la justa».

En esta definición, Sebastián de Covarrubias, autor del monumental diccionario de principios del siglo XVII, nos da la clave de las Ensaladas: mezcla de canciones, algunas de ellas populares y conocidas, enlazadas por otros textos musicales que sirven de nexo de unión, variedad de idiomas, de versos y metros distintos, ritmos también diversos, y, en lo compositivo, uso de distintos procedimientos: a tutti, a solo, a dúo, en contrapunto para las partes más narrativas, mayoritariamente homófono para las canciones intercaladas en la narración.

Las Ensaladas acaban con una máxima en latín, que escrita al estilo de un corto motete, ilustra lo que podríamos llamar la moral de la historia.

Por la temática de sus textos las ensaladas se hermanan mayoritariamente con el ciclo navideño. Contienen historias contadas con un leguaje simple poniendo en escena a distintos personajes de la lírica tradicional, como pastores, y de la historia sagrada centrada en los sucesos de la navidad: la Virgen, Jesús, Adán…

Mateo Flecha «El Viejo» (1481-1553), fue un compositor español renacentista, conocido principalmente por sus Ensaladas.

Nació en 1481 en la localidad catalana de Prades.

Posiblemente estudió música en Barcelona con Joan Castelló. En diciembre de 1522 comienza a trabajar en la Catedral de Lérida, primero como cantante y, a partir de septiembre de 1523 y hasta octubre de 1525, como maestro de capilla.

Se cree que posteriormente se trasladó a Guadalajara, al servicio del Duque del Infantado Diego Hurtado de Mendoza, donde trabajó durante seis años.

Algunos indicios hacen pensar que después se trasladó a Valencia, donde asumió la dirección de la capilla del Duque de Calabria o, al menos, estuvo vinculado con los estamentos musicales de esta ciudad.

De hecho, al menos tres de sus obras aparecen en el cancionero vinculado a dicha capilla (Cancionero del duque de Calabria, también conocido como Cancionero de Uppsala).

Las ensaladas fueron recopiladas y publicadas en Praga, en 1581, por su sobrino Mateo Flecha «el Joven», bajo el título: «Las ensaladas de Flecha, maestro de capilla que fue de las Serenísimas Infantas de Castilla, Recopiladas por F. Matheo Flecha su sobrino, Abad de Tyhan y Capellán de las Majestades Caesareas, con algunas suyas y de otros autores, por el mesmo corregidas y echas estampar».

Veamos dos ejemplos de Ensaladas, una de Mateo Flecha «El Viejo» (1481 – 1553) y otra de Bartomeu Cárceres (fl. 1546), que aparecen en la obra publicada en Praga en 1581:

LA BOMBA (Ensalada) – Mateo Flecha «El Viejo» (1481 – 1553).
(«Las ensaladas de Flecha» – Praga, 1581).



Intérprete: The King’s Singers.
Imágenes: Madrigal History Tour (Spain).

Letra: [He puesto entre corchetes las partes suprimidas en esta versión].

– ¡Bomba, bomba y agua fuera!
Vayan los cargos al mar,
que nos ymos a negar
do remedio no se espera.

– ¡A la escota socorred!
¡Vosotros yd al timón!
¡Qué espacio, corred, corred!
¿No veis nuestra perdición?
– Esas gúmenas cortad
porque se amayne la vela.
– Hazia aca contrapesad
o que la nave se asuela,
mandad calefatear
que quiça dará remedio.
– ¡Ya no ay tiempo ni lugar
que la nau se abre por medio!
– ¿Qué haremos? ¿Qué haremos?
– ¿Sí aprovechará nadar?
– ¡O que stá tan bravo el mar
que todos pereceremos!
[- Pipas y tablas tomemos.
– Más triste yo, ¿qué haré?
Que yo, que non sé nadar, ¡moriré!
¡moriré!

– Virgen, madre, yo prometo
rezar contino tus oras.
– Si Juancho scapas,
yermo moras,
Monserrate luego meto.
– Yo triste ofrezco también
en saliendo deste lago
yr descalço a Santiago.
– Eu yndo a Ierusalem.]
– Sancta virgen de Loreto,
– Sant Ginés, socorretnos
– Que me ahogo, sancto Dios!
– Sanct’ Elmo, sancto bendito,
– O, virgen de Guadalupe
nuestra maldad no te ocupe.
– Señora de Monserrate,
oy señora, y gran rescate!
– O, gran socorro y bonança,
Nave viene en que escapemos,
allegad, que pereçemos,
socorred, no aya tardança,
no sea un punto detenido,
señores, ese batel!

– ¡O, que ventura he tenido
pues que pude entrar en el!
– Gratias agamus
Domino deo nostro,
dignum et justum est.
De tan grande beneficio
recebido en este día
cantemos con alegría
todos oy por su servicio.

– ¡Ea, ea! ¡Sus! ¡empecemos!
– Empieça tu, Gil Piçarra,
a tañer con tu guitarra
y nosotros te ayudaremos.
– Esperad que esté templada.
– Témplala bien, hi de ruyn,
– Den den den den
din dirindín, din dirindín.
– ¡O! Cómo está destemplada.
– ¡Acaba, maldito, ya!
– Den den den den
din dirindín dindirindín.
– Es por demás,
– Sube, sube un poco más…
– Den den den den
Din dirindín, din dirindín.
– ¡Muy bien está!
– Ande, pues, nuestro apellido,
el tañer con el cantar,
concordes en alabar
a Ihesus rezien nascido.

– Bendito el que hoy a venido
a librarnos de agonía.
Bendito sea este día
que nasció el contentamiento,
remedió su advenimiento
mil enojos.
Benditos sean los ojos
que con piedad nos miraron
y benditos que ansí amansaron
tal fortuna.
– No quede congoxa alguna,
– demos prissa, al navegar,
poys o vento nos a de llevar,
garrido vendoval.
[No se vio bonança ygual
Sobre tan gran desatiento.
Bien ayas tu, viento,
que ansí me ayudas]
contra fortuna.

– ¡Gritá, gritá todos a una,
gritá: bonança, salvamiento!
[- Miedo ovistes al tormento,
no teniendo ya sperança.
O modice fidei…
Ello está muy bien ansí.]

Gala es todo,
a nadie oy duela,
la gala chinela.
– De la china gala, la gala chinela…
Mucho prometemos
en tormenta fiera,
mas luego ofrecemos
infinita cera,
de la china gala, la gala chinela…

– ¡Adiós, sennores,
la vela!

– Nam si pericula sunt in mari,
pericula sunt in terra,
et pericula in falsis fratribus.

Otra versíón completa de La Bomba, en un ejercicio de virtuosismo vocal de Alqasar, que interpreta él solo todas las voces:


El argumento narrativo de «La Bomba» es un naufragio, el del hombre pecador, del que nos salva la llegada de Jesús.

‘De la china gala, la gala chinela’ (que aparece al final de la Ensalada), es un juego de palabras que, además de por su sonoridad, servían de pretexto a Flecha para hacer mención de un romance muy conocido y popular en su época, de Rodrigo de Reinosa (S. XV) que decía:

A la chinigala,
la gala chinela,
damas cortesanas
arman una galera.

Isabel de Torres
pongo la primera,
porqu’es más anciana,
porqu’es la más vieja,
de putas ceviles,
nome hago cuenta …

Se trata de una historia de prostitutas, que se embarcan con destino a Canarias (La Gomera), y en mitad del viaje se ven atrapadas en una gran tempestad (como en La Bomba).

Aterrorizadas, invocan a todas la vírgenes y santos posibles por su salvación, y prometen convertirse en damas virtuosas. Pero una vez salvadas … se olvidan de todas las promesas.

En la siguiente entrega LA TRULLA (Ensalada) – Bartomeu Cárceres (fl. 1546).

Escrito por «Merucu»

2 Comentarios sobre “Las Ensaladas de Flecha (1 parte)”

  1. Barby Perrotta dice:

    Facundo Ignacio Echeverria

  2. Nacho dice:

    ¿Y dónde está la segunda parte? Debería haber un enlace al final de este artículo que dirigiera a la 2ª parte.
    En fin, qué lástima, esta 1ª parte ha sido muy interesante, segur oque la 2ª también lo era.

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