«Bach y Haendel ciegos y operados por el mismo Doctor, jamás se conocieron»

«Bach y Haendel ciegos y operados por el mismo Doctor, jamás se conocieron»

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Entre las extrañas coincidencias históricas que más me han llamado la atención destaca el peregrino caso de la relación entre Johann Sebastian Bach y George Friedrich Händel.

Ambos nacieron en el año 1685, con solo un mes de diferencia.

Händel, el 23 de febrero, en Halle.

Y Bach, el 21 de marzo, en Eisenach.

Son pueblos que se encuentran a 40 kilómetros de distancia.

Y, sin embargo, ¡nunca se dieron la mano! ¡Nunca se toparon cara a cara! ¡Nunca pudieron gozar de una tertulia íntima!

No fue por falta de ganas por parte de un relativamente desconocido Bach, que lo intentó en tres ocasiones, cuando Händel, convertido ya en un famoso compositor en Londres, visitó su pueblo natal.

Pero el caso es que, por diversas razones, nunca pudieron reunirse.

Y ahí hubiera quedado esta sorprendente cadena de desencuentros de los dos músicos alemanes más grandes de su tiempo de no haber sido por una conversación que tuve con mi cuñado Ryan.

Comentando yo mi obsesión con la destrabada conexión de los dos compositores, Ryan me preguntó si acaso sabía de una contingencia aún más estrafalaria.

Ambos, me dijo, fueron operados en varias ocasiones por el mismo cirujano de los ojos, el británico John Taylor.

Y también ambos quedaron ciegos por tales intervenciones, siendo Bach el más perjudicado, ya que murió a raíz de una fiebre causada por este charlatán.

Supe de inmediato que se me acababa de revelar una historia que exigía ser explorada a fondo por medio de la ficción, sin estar seguro todavía de si se trataría de un cuento, una novela o quizá una obra de teatro.

EL ENIGMA DE LA MÚSICA

Empecé por leer todo lo que pude sobre el ‘chevalier’ Taylor (título grandilocuente con que se autodesignó), que había publicado tres gruesos volúmenes semipicarescos sobre sus andanzas por toda Europa, en las cortes más ilustres y los ducados menos conspicuos, dejando tras de sí, según su propio testimonio, elogios de monarcas y clérigos y, según sus detractores, una secuela de ruina y dolor.

Entre estos últimos, el más notorio era el célebre poeta, ensayista, y biógrafo Samuel Johnson, quien advirtió: “Ese Taylor era una instancia de lo lejos que puede llevar la desvergüenza cuando está nutrida por la ignorancia”, insulto que se esparció por todo Londres.

Se me ocurrió que, en tales circunstancias, correspondería al hijo del médico facineroso reivindicar la honra mancillada de su padre y pedir a Boswell, el biógrafo de Johnson, que rectificara una condena tan rigurosa, y me puse a garabatear unos párrafos iniciales en los que este vástago acosa a Boswell durante años, aduciendo que las operaciones de Bach y Händel eran absolutamente necesarias para su salud.

Tal aproximación marginal al tema pronto me pareció insuficiente.

Poner el énfasis en Boswell y Johnson, figuras secundarias en este drama, no permitía centrarme en lo que de veras importaba: el enigma de aquellas operaciones como un modo de adentrarme en el enigma mayor de la música de Bach y Händel y, si fuera posible, de la música misma como la más profunda y excelsa de las artes.

Aunque no tengo talento para tocar instrumento alguno (si bien me place pensar que no canto mal), desde niño la música ha sido uno de mis grandes amores, un amor que me ha llevado a colaborar con diversos compositores.

He escrito el texto de cantatas y de óperas, incluso una tragicomedia musical con Eric Woolfson, creador y vocalista de Alan Parsons Project.

UN NARRADOR INEVITABLE

Qué mejor, para culminar esta pasión, que usar el bisturí del ‘chevalier’ Taylor para acercarme a Bach y Händel en las postrimerías de sus vidas, cuando tuvieron que preguntarse sobre el sentido trascendente de la belleza que iban gestando ante la inminencia de la muerte.

Pero ¿a quién entregarle la narración de esta búsqueda? Lentamente fui vislumbrando la única figura que podía asumir ese rol, un compositor tan grande (y quizá más grande) que las dos víctimas, y con una trayectoria biográfica definitivamente más trágica, mágica y atractiva.

Alguien que había tenido, a los 8 años, como mentor justamente a Johann Christian, el hijo menor del viejo Sebastian.

Alguien que había pasado un año y medio en Londres en la época en que residían en esa ciudad tanto el ‘chevalier’ como su hijo Jack.

Alguien que, de joven, había vivido en París cuando Johann Christian pasó allí una temporada para componer una ópera.

Y, finalmente, alguien que, un año antes de morir, había visitado ¡dos veces! Leipzig, lugar donde yacía la tumba del genio que nos había dejado ‘La pasión según San Mateo’.

Ese alguien era, ni más ni menos, que Wolfgang Amadeus Mozart.

Mi compositor favorito, cuyas notas me habían acompañado desde antes de que tuviera uso de razón, cuyas melodías cantaba yo a mis hijos en las noches para que se durmieran y después a mis nietas para que despertaran y siempre a mi mujer, Angélica, para que nos amáramos más.

Me imaginé, entonces, a Mozart en Londres, en un concierto que, efectivamente, ofreció en febrero de 1765 a instancias de Johann Christian Bach.

Lo vi frente a un hombre flaco y obsequioso que le pedía un favor.

Se trataba de Jack Taylor, que solicitaba al pequeño Wolfgang que lo ayudara a rescatar a su padre oculista de la ignominia y la acusación de haber asesinado al viejo Bach.

Y me sentí poseído por la voz de Mozart mismo.

Escuché esta historia emergiendo de su boca.

La decisión de que Mozart fuera el inevitable y carnal narrador de este intento de rastrear las remotas sombras de Bach y Händel dio nacimiento a ‘Allegro’.

Poner a Mozart mismo en el centro del relato, seguir de cerca la pesquisa detectivesca de un posible crimen –¿o era una injuria en contra de un inocente cirujano que había obrado con los más nobles propósitos?– me permitía, además, saldar una deuda pendiente con el extraordinario autor de ‘Don Giovanni’ y tantas otras obras que nos deleitan y enaltecen.

MI COMPOSITOR FAVORITO

Aquella deuda con Mozart la tenía además la humanidad culta del siglo XX debido a la forma en que se le maltrataba en ‘Amadeus’, la obra teatral de Peter Shaffer.

Confieso que la figura de Antonio Salieri en ese drama, que vimos Angélica y yo en Broadway en 1981, me encantó, aterró y trastornó.

Pero a la vez quedamos espantados por la versión de Mozart que presentaba esa obra, y que se acentuaría aún más en la película ‘Amadeus’, de Milos Forman, unos años más tarde.

Me indignó entonces, y me sigue exasperando ahora, ese Wolfgang imbécil, inconsciente, perezoso, irresponsable, vehículo inmerecido de un Dios que había elegido a un ser superficial para las flautas mágicas que encantan todavía a nuestra especie.

«Me indignó entonces, y me sigue exasperando ahora, ese Mozart imbécil, inconsciente, perezoso, irresponsable de la película ‘Amadeus».

Siempre supuse que alguien (pero ¿quién?) tendría que reivindicar al Mozart verdadero.

Es cierto que tuvo rasgos infantiles (y groseros) toda su vida.

Es cierto que no sabía manejar bien su dinero.

Pero el Mozart que yo llegué a conocer íntimamente mientras cohabité con su odisea durante los largos meses que tardó ‘Allegro’ en plasmarse es un ser enteramente diferente: alguien tan asombroso y profundamente humano como su música.

Un artista con plena conciencia de la hazaña que está llevando a cabo.

Un inteligente rebelde contra los gustos e injusticias de su época, comprometido con las ideas más modernas del siglo de las luces, valientemente enfrentado a la extinción.

Un ser compasivo y dolorido, travieso y lleno de júbilo.

Acá está el niño Mozart abandonado en una cama mientras sus mayores hacen el amor en piezas cercanas.

Acá está el joven Mozart que tiene que enfrentar en una ciudad fría y díscola la enfermedad y fallecimiento de su madre.

Acá está el Mozart ya maduro que llega a Leipzig cuando su propio fin se asoma y recibe un mensaje de consuelo que le manda Bach desde el otro lado de la muerte, algo que le permite aceptar gozosamente la finitud de una vida colmada de una infinidad de belleza.

Y, claro, aquí está Mozart el detective, el que resuelve para nuestra felicidad y comprensión el misterio de los últimos días de Bach y Händel, rondados los tres, y tantos otros personajes, por la figura única, excepcional y arrinconada del ‘chevalier’ John Taylor, oculista que quita y devuelve la vista y que, encegueciéndonos, va iluminando, a su pesar, la gloriosa historia de la música.

El escritor Ariel Dorfman se adentra en su última novela ‘Allegro’ en la vida de Mozart, convertido en investigador que intenta aclarar qué dejó ciegos a Händel y Bach.

Fuente Elperiodico.com

21 Comentarios sobre “«Bach y Haendel ciegos y operados por el mismo Doctor, jamás se conocieron»”

  1. Paulo Berndt dice:

    O ano de nascimento está errado. O ano correto é 1685.

  2. También a mí me indigna la imagen burda y grotesca de Mozart en la película de Milos Forman. La música sublime de Mozart también forma parte de mi vida desde antes de tener uso de razón, como la de Bach, el Maestro. Desconocía la historia del cirujano que compartió con Händel. Precioso artículo, enhorabuena.

  3. Damir Cid dice:

    Nacieron en 1585???

  4. Favor corregir año de nacimiento!!!!!!!!!!

  5. Cierto, el año es erróneo ! es el 1685 !!!!!

  6. Queda corregido el año de nacimiento. 1685. Gracias por enviarnos esta errata. Saludos

  7. Un artículo que escribí hace unos años sobre las «casualidades» entre Bach y Haendel, por si a alguien le interesa…
    https://es-es.facebook.com/adrianrodriguezviolonchelo/posts/427854760613925

  8. Dos Cracs y los dos favoritos míos

  9. omar zagmutt dice:

    Otra deformación grosera de esa película describe a Mozart refiriéndose despectivamente a Handel. En realidad ni siquiera es necesario refutar esa vulgaridad: basta recordar como Mozart adapto y re orquestó varias obras de Handel: entre otras El Mesias La Fiesta de Alejandro y la Oda Santa Cecilia

  10. Nayeli Nesme dice:

    Agradezco este artículo!

  11. Geliebt von Gott dice:

    Der Film Amadeus ist möglicherweise die genaueste Erzählung des musikalischen Lebens der Zeit.

  12. Carlos Bærcenov dice:

    En definitiva, si bien Mozart es el músico favorito de quien escribe, no hace ningún sentido considerarlo como superior o «quizá más grande» no ya que Handel, ¡¡si no «más grande» que J.S. Bach!! es algo que a todas luces suena grotesco y señala falta la falta de educación y apreciación artística más básica.

  13. Eduardo Cánovas dice:

    Es posible que, quizás por su apuro compositivo, Handel se autoplagiara y se acercara peligrosamente en varios casos, a otros compositores anteriores y de su época ?

  14. Anónimo dice:

    A mi me encantó la pelicula de Milos Forman.
    No sé, ni me importa quién fué más grande. Los disfruto a todos por igual.

  15. DR. JOSE MARIA MANUEL GARCIA-OSUNA Y RODRÍGUEZ dice:

    ES UN TRABAJO QUE HE PUBLICADO EN MI PÁGINA DE LA GACETA DE ALMERÍA. SE LO REGALO, UN SALUDO

    -PERSONAJES DE LA HISTORIA-
    -LA MUERTE DE GEORG FRIEDRICH HÄNDEL (1685-1759).
    Por
    DR JOSE MARIA MANUEL GARCIAOSUNA y RODRIGUEZ

    3 de septiembre de 2021

    -ILTMO. DR. DON JOSÉ MARÍA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ.
    Historiador-Diplomado en Estudios Avanzados de Historia Antigua y Medieval y Médico-Familia de Atención Primaria.
    Académico-Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Asturias (año-2013). RAMPA. IDE.
    Cofrade de Número de la Imperial Cofradía de Alfonso VII el Emperador de León y el Pendón de Baeza. (Creación año-1147)
    Socio de Número de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. ASEMEYA.
    Historiador de HISTORIA-16.
    Académico-Correspondiente del Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés.
    -INTRODUCCIÓN-
    En el trabajo de hoy me voy a aproximar a otro de los grandiosos compositores de la Música Culta o Académica de todos los tiempos; dentro de la época del Barroco, en el enaltecedor siglo XVIII. Momento histórico que enriquece y explica la evolución que se va a producir hasta la llegada del clasicismo, con Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 27 de enero de 1756-Viena/InnereStadt, 5 de diciembre de 1791) y Franz Joseph Haydn (Rohrau, 31 de marzo de 1732-Viena, 31 de mayo de 1809), y luego, tras Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 1770-Viena, 26 de marzo de 1827), entrar en el Romanticismo del siglo XIX.
    Se trata de Jorge Federico Haendel, quien aunque nacido en la alemana Sajonia se naturalizaría inglés en 1727. Es el gran compositor de la Ópera italiana del Barroco y, sobre todo, de esas obras de contenido religioso o bíblico que son los Oratorios. También compuso multitud de conciertos, sobre todo los dedicados al órgano (verbigracia Opus-6) y orquesta. Era denominado, en Londres, como el Gran Oso Sajón. Sensible, inteligente, caritativo, en suma un ser humano excelente.
    I.-GEORG FRIEDRICH HÄNDEL EN ALEMANIA.
    En el verano del año 1750, Händel se dirige en barco hacia su patria alemana de nacencia; aunque previamente, el 1 de junio, realiza su testamento, como si tuviese algún tipo de premonición, en este momento es cuando recibe la noticia de la muerte de Johann Sebastian Bach (Eisenach, 31 de marzo de 1685-Leipzig, 28 de julio de 1750).

    -JOHANN SEBASTIAN BACH-
    No se conoce cuál fue el itinerario que recorrió en la tierra germana, pero probablemente estuvo en la gran ciudad de la coronación de los emperadores del Sacro Romano Imperio Germánico, es decir Aquisgrán-Aachen, y visitaría, como es de rigor, a sus familiares en Sajonia.
    Pero lo que si se conoce es que sufrió un importante accidente de carruaje, hecho que es citado en el General Advertiser: «Mr. Handel, que marchó a Alemania para visitar a sus amigos hace ya algún tiempo, y entre La Haya y Haarlem tuvo la desgracia de volcar, de lo que resultó terriblemente herido, ahora está fuera de peligro» (“Haendel”. Christopher Hogwood, pág. 202. Alianza Editorial, 1988).
    Todo ello resulta bastante paradójico, ya que sorprende que el maestro sajón no informase de su accidente a su buen amigo Georg Philipp Telemann (Magdeburgo, 14 de marzo de 1681-Hamburgo, 25 de junio de 1767), cuando le escribió el día de Navidad de dicho año.
    Como es sabido Jorge Felipe Telemann era un gran aficionado a las plantas, y poseía uno de los mejores jardines alemanes de tulipanes, jacintos y anémonas. Händel seguía dirigiéndose a su amigo en francés y de usted, a pesar del largo tiempo que eran amigos.
    «Estaba a punto de salir de La Haya para Londres cuando me fue entregada su más que grata carta por Mr. Passerini. Acabo de tener el tiempo necesario para oír cantar a su esposa…Le doy las gracias por su espléndido trabajo sobre el sistema de intervalos que ha tenido la amabilidad de enviarme; es digno del tiempo y de la molestia que se ha tomado y de sus conocimientos. Le felicito por la perfecta salud de la que disfruta y su edad un tanto avanzada, y le deseo con todo mi corazón toda clase de prosperidades durante muchos años. Si su afición por las plantas exóticas, etc., puede prolongar sus días y mantener su gusto por la vida que le es propia, me ofrezco con gran satisfacción a contribuir de alguna forma. En consecuencia le envío como regalo (“a la dirección incluida”) un cesto de flores, que los expertos me aseguran son muy elegidas y de rareza admirable. Si me han dicho la verdad, tendrá las mejores plantas de toda Inglaterra, y la época del año sigue siendo adecuada para que broten las flores. Usted será el mejor juez para ello…» (Op. Cit., Ch. Hogwood, pág. 203).
    .
    -GEORG FRIEDRICH HÄNDEL-
    II.-REGRESO A INGLATERRA.
    Previamente a todo esta desaguisado, en los albores de dicho año 1750, el conde de Shaftesbury informaba a James Harris que:
    «He visto a Handel varias veces desde que vine aquí, y creo que nunca ha estado tan sereno y tan bien. Se comporta con más tranquilidad, y se ha satisfecho a sí mismo con la adquisición de varios cuadros hermosos, particularmente un Rembrandt grande, que es verdaderamente excelente. Apenas hemos hablado de temas musicales, aunque lo suficiente para saber que sus interpretaciones irán incomparablemente» (Op. Cit.; Ch. Hoogwood; pág. 202).

    -WOLFGANG AMADEUS MOZART-
    El cesto de flores padeció un viaje bastante equívoco. El capitán del barco informó a Händel, sin el más mínimo tacto, que su amigo Telemann había fallecido; aunque tiempo después se vio obligado a corregirse, cuando el propio marino regresó a Inglaterra con un listado de las plantas exóticas que Telemann deseaba que su amigo Händel le pudiese proporcionar y enviar.
    En el mes de septiembre del año 1754, Händel explica a su amigo lo afectado e irritado que se sintió cuando creyó que su gran amigo se había muerto, por la torpe información de otros.
    «He tenido muchas dificultades para encontrar estas plantas, y recibirá casi todas ellas» (Op. Cit.; Ch. Hogwood, pág. 203).
    Cuando regresó al Reino Unido la crítica musical ya escribía que: «¿Hará algo nuevo Mr. Handel la próxima Cuaresma?» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 203).
    En este momento ya se están produciendo, en Londres, diversos enfrentamientos de crítica y de opinión entre los pro y los anti hendelianos. Este hecho ya se subraya a priori, y fehacientemente, en la carta del día 3 de diciembre de 1750 que es escrita por la hermana de la pintora Mary Delany (1700-1788), y esposa del reverendo pastor luterano Patrick Delany (1686-1768), ambos grandes amigos de Händel, a Bernard Granville.
    «La hermana de Mrs. Delany tenía la impresión de que “seguramente se hará al fin justicia a Theodora, si fuera interpretado de nuevo, pero la mayoría de la gente tiene oídos y ‘no oye’”» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 203).

    -FRANZ JOSEPH HAYDN-
    Pero, entonces, el compositor realizó una importante serie de reposiciones de algunos de sus Oratorios, verbigracia: Belshazzar-HWV-61 (estrenado el 27 de marzo de 1745) y Esther-HWV-50 (estrenado el 1 de mayo de 1732), hasta Judas Maccabaeus-HWV-63 (estrenado el 1 de abril de 1747), y el Alexander’s Feast-HWV-75 (estrenado el 19 de febrero de 1736). Todo ello supuso una gran sorpresa y regocijo para sus muchos seguidores; ya que G. F. Haendel era muy arriesgado y poco pragmático, y en muy raras ocasiones no ofrecía composiciones nuevas o de estreno.
    Durante el verano de 1751, el músico ya perdió la vista totalmente de su ojo izquierdo, aunque siguió tocando el órgano o el clavicémbalo en los entreactos de sus óperas u oratorios. El hecho patológico ya se había manifestado, de forma inequívoca, cuando estaba realizando la composición de su Oratorio Jephtha-HWV-70 (estrenado el 26 de febrero de 1752). Escribe en la propia partitura su desdicha: «Llegué aquí el 13 de febrero de 1751 incapaz de continuar debido a una debilidad de la vista de mi ojo izquierdo. El 23 de este mes reanudé el trabajo mucho mejor» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 204).
    Haendel decidió, entonces, ir a tomar las aguas a los balnearios de Bath y de Cheltenham, pero los remedios acuíferos no mejoraron, en ninguna circunstancia, su delicada visión.
    «Con ello no logró mejorar su visión, y una consulta con Samuel Sharp en el Hospital Guy produjo un diagnóstico de ‘gutta serena’ –no se trata necesariamente de cataratas, puesto que el término era utilizado para cualquier forma de ceguera que no presentara signos externos de la enfermedad. A pesar del deterioro visual también en el ojo derecho, Haendel pudo ofrecer la primera interpretación de Jephtha en la temporada de Cuaresma de 1752. Galli, Frasi y John Beard figuraron entre los cantantes, e ingresó 600 libras en el banco tras el estreno. Cuando Mrs. Delany oyó la obra por primera vez en abril de 1756 se dio cuenta de que era “muy hermosa… pero muy diferente a cualquiera de las otras”» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 204).
    El libretista Thomas Morell reconoció que era su Oratorio preferido, ya que fue su autor; y lo calificará como poseedor de la música más profunda e introspectiva de todo lo que había compuesto hasta ese momento, G. F. Händel (Halle, 23 de febrero de 1685-Londres, 14 de abril de 1759).
    «Cuando Handel estaba ciego, asistiendo a una interpretación del oratorio Jephtha, Mr. (William) Savage, mi maestro, que estaba sentado a su lado, dijo, “Este movimiento, señor, me recuerda algo la música del viejo Purcell”. “Oh, demonio”, dijo Handel, “si Purcell viviera, habría compuesto música mejor que ésta”» (Op. Cit.; CH. Hogwood; pág. 206; Apud R. J. S. Stevens, 1775).

    -GEORG FRIEDRICH HÄNDEL-
    En este texto se observa la humildad de Haendel, al referirse, con tanto respeto, a Henry Purcell (Westminster/Londres, 10 de septiembre de 1659-Marsham Street/Londres, 21 de noviembre de 1695. “Aquí yace el honorable Henry Purcell, quien dejó esta vida y ha ido a ese único lugar bendito donde su armonía puede ser superada”).
    Su inevitable ceguera le produjo un muy importante Síndrome Ansioso-Depresivo, con una palpable ciclotimia.
    III.-CIRUGÍA OCULAR.
    «Acudió de nuevo a un especialista y en algún momento alrededor de noviembre fue ‘hundido’ por William Bromfield, un cirujano de los Hospitales de San Jorge y de Loch, cuando, según el General Advertiser “se habían puesto todas las esperanzas imaginables en el éxito de la operación”. El procedimiento, que tuvo gran porcentaje de éxitos en el siglo XVIII, implicaba la perforación de la córnea con una aguja o espina de punta afilada y curva, y la manipulación o ‘hundimiento’ de la materia opaca por debajo del nivel de la pupila. Una autoridad actual la describe como ‘relativamente indolora’. Haendel debió tener algún alivio, ya que el Cambridge Chronicle informó que “Mr. Handel ha recuperado tanto la vista que ya puede salir”. Pero la curación fue temporal, y el 27 de enero el público de Londres leyó: “Finalmente, Mr. Handel, desgraciadamente, ha perdido la vista casi por completo. Después de haber sido intervenido hace algún tiempo, veía tan bien que sus amigos se felicitaron a sí mismos por que hubiera recuperado la vista; pero a los pocos días se ha puesto fin a sus esperanzas”» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 206).

    -JOHANN CHRISTOPH SCHMIDT-
    Hasta tal punto está ciego, que en marzo de 1753 Lady Shaftesbury escribió con total tristeza y desesperanza que: «Mi constancia por el pobre Handel es mejor que…mi indolencia, y el pasado viernes fui a ‘Alexander’s Feast’; pero fue una satisfacción muy melancólica, puesto que lloré lágrimas de pena al ver al grande aunque infeliz Handel, afligido, pálido y sombrío sentado al lado, sin tocar, del clavicordio, y al pensar cómo ha gastado su luz en ‘estar superocupado a favor de la música’. Lamenté que el público fuera tan insípido y sin gusto (podría añadir que despiadado) al no dar al pobre hombre el consuelo del aplauso; pero la afectación y la presunción no pueden discernir o comprender el mérito» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 207).
    A partir de ahora seguirá tocando sus conciertos para órgano y orquesta en los entreactos de sus Oratorios; pero, el hecho patológico, producirá un gran dolor entre sus seguidores cuando observen como debe ser conducido hasta el instrumento, y luego debe ser situado de cara al público para que puedan verle de visu.

    -JOHANN CHRISTOPHER PEPUSCH-
    Charles Burney (Shrewsbury, 7 de abril de 1726-Londres, 12 de abril de 1814), compositor, musicólogo, organista y clavecinista inglés escribe: «Durante la temporada de oratorio, me han dicho que practicaba casi incesantemente; y, verdaderamente, así debería ser, o su memoria tenía una retentiva nada frecuente; porque, después de quedarse ciego, tocaba varios de sus ‘viejos’ conciertos para órgano, que debían haber quedado impresos en su memoria por la práctica. No obstante, se inclinaba más bien por confiar en sus poderes de invención que en sus recuerdos; porque tras interpretar la orquesta sólo el esqueleto, o los ritornelos de cada movimiento, él tocaba todas las partes a solo, improvisando, mientras que los otros instrumentos le dejaban, ‘ad libitum’; esperando la señal de un trino, antes de tocar los fragmentos de la sinfonía (tutti) como estaban escritos en sus partituras» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 207).
    Pero la valentía ante los avatares de la vida, y la energía del músico alemán, que como es sabido ya hacía años que se había naturalizado como ciudadano inglés, conllevarán que siga supervisando las temporadas de estreno y de representación de sus Oratorios, hasta el fin de sus días.
    La epístola del conde de Shaftesbury, del 8 de febrero de 1757, deja bien claro que sigue siendo el propio Händel, y no su ayudante y asimismo compositor Johann Christopher Schmidt (Ansbach, 1712-Bath/Somerset, 3 de octubre de 1795), el que se está encargando de introducir música de nuevo cuño en sus Oratorios. J. Ch. Schmidt fue alumno del propio Händel y, también, de Johann Christoph Pepusch (Berlín, 1667-Londres, 20 de julio de 1752).

    -ARCANGELO CORELLI-
    «Mr. Handel está mejor de lo que ha estado algunos años y comprueba que puede componer coros así como otras músicas para su satisfacción (y en consecuencia para la de los oyentes). Su memoria se ha fortalecido últimamente hasta un grado asombroso» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 208).
    El magnate escribe otra misiva, 31 de diciembre de 1757, en este caso a la cantante Cassandra Frederick: «El otro día vi a Mr. Handel, que se encuentra muy bien y acaba de terminar de componer varias nuevas canciones para Federica su nueva cantante, en la que tiene grandes esperanzas. Se trata de la muchacha que fue elogiada hace algunos años por tocar el clavicordio a los ocho» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 208). Aunque esas nuevas Arias son ya composiciones vetustas del maestro, y no novedosas y delicadas sensu stricto.
    IV.-LOS ORATORIOS.
    La ópera italiana lo arrastra todo, con su fuerza narrativa y musical, y los Oratorios están de capa caída; y únicamente el Messiah-HWV-56(estrenado en Dublín, el 13 de abril de 1742), interpretado en dos ocasiones en 1756; “y enmendó la falta de público en sus otros oratorios” (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 209), que el texto se refiere a: Judas Macabeo-HWV-73; Israel en Egipto-HWV-54, y Joseph and his Brethren-HWV-59. No obstante, en el resto de Europa, los Oratorios hendelianos constituían lo más esencial de la música del compositor alemán.
    En el mes de diciembre de 1753, los administradores de la Sociedad Musical de Edimburgo se dirigieron al compositor para solicitarle, sin ambages:
    «Una copia de los recitativos y coros de algunos de sus oratorios, que no se atreverían a pedirle de no estar informados de que ha enviado tales copias a otras Sociedades que las han solicitado. Los intérpretes de nuestra Sociedad se han visto limitados hasta la fecha a composiciones de Corelli, Geminiani y Mr. Handel. Ya contamos con la mayoría de sus Oratorios y otras obras que están editadas, y tenemos especialmente todos los recitativos y canciones del Mesías excepto una titulada (Qué hermosos son los pies de los que predican el Evangelio de la paz y traen gozosas corrientes de buenas cosas) y en consecuencia podríamos lograr su orden a Mr. Smith para que nos copie esa canción y el coro de ese oratorio sacro y el recitativo y coros de cualquier otra de sus obras. Le agradeceremos siempre el favor y con placer compensaremos a Mr. Smith a su satisfacción…» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 209).

    -GEORG PHILIPP TELEMANN-
    Esos compositores citados en el texto forman parte de la pléyade importante de músicos del barroco. Arcangelo Corelli (Fusignano, 17 de febrero de 1653-Roma, 8 de enero de 1713. Compraba diferentes cuadros, de pintores prestigiosos, que nunca pagaba), Francesco Geminiani (Lucca, 5 de diciembre de 1687-Dublín, 17 de septiembre de 1762).
    En la época del barroco, sobre todo ya en el siglo XVIII, donde los músicos tienen la convicción, y la defienden, de que han dejado de ser siervos, y el poder disponer del material físico de sus obras era lo que equivalía a la protección de los derechos de autor.
    Georg Friedrich Händel y sus copistas mantuvieron una gran biblioteca de partes de las partituras de sus obras en alquiler, y un archivo preciso de sus manuscritos desde los primeros años compositivos de G. F. Händel; este material musical sería utilizado con profusión en las reposiciones posteriores de las obras de que se tratase. Verbigracia la ópera Admeto, re di Tesalia-HWV-22, que estrenada en el Teatro del Rey en Londres en 1727, sería repuesta el 12 de marzo de 1754, con el material prestado por el propio compositor o por su entorno; parece ser que la Ópera londinense fue la entidad que se quedó con el manuscrito.

    -FRANCESCO GEMINIANI-
    En otras ocasiones, el compositor estuvo mucho más avispado, y del resto de sus óperas compuestas en Inglaterra existen todas las partituras, lo que deja bien claro el control riguroso, y sumamente escrupuloso, que Händel demostraba en la administración de toda su operística.
    En esta ocasión, y nuevamente, el compositor dejo constancia fehaciente de su comportamiento ético y caritativo.
    «Haendel donó incluso una partitura antes de su muerte. Para asegurar que el Hospicio pudiera continuar con el beneficio anual con el Messiah después de su muerte, Haendel le dejó ‘una copia limpia de la partitura y de las partes’ en un codicilo de su testamento. Este material aún se conserva en la Thomas Coram Foundation, y aunque copiado después de la muerte de Haendel, aporta importantes datos sobre las condiciones de la interpretación en las que confiaba en la década de 1750. La división de las partes de los solistas permite cinco cantantes (dos sopranos) en lugar del habitual cuarteto, y sus partes indican que también cantaban con el coro. Comparándolo con las cuentas detalladas de los pagos hechos a todos los intérpretes, los recursos vocales e instrumentales de Haendel pueden ser reconstruidos con cierta exactitud» (Op. Cit., Ch. Hogwood; pág. 210).
    V.-EL CIRUJANO OFTALMOLÓGICO JOHN TAYLOR.
    Será en este momento de la historia, cuando parece ser que el peripatético caballero oculista John Taylor se atrevió a operarle.
    «He visto una vasta variedad de animales singulares, como dromedarios, camellos, etc., y particularmente en Leipsick, donde un conocido maestro de músico, que ya había llegado a los ochenta y ocho años, recibió la vista de mis manos; se trata del mismo hombre que fue el primero en educar a Handel, y con el que, en una ocasión pensé haber alcanzado el mismo éxito, por tener todas las circunstancias a su favor, movimientos de la pupila, luz, etc., pero al correr la cortina, encontramos la deficiencia de fondo, de una enfermedad de parálisis» (Op. Cit., Ch. Hogwood; pág. 210).

    -HENRY PURCELL-
    Este sujeto, charlatán y fullero por antonomasia, que tenía tan poca ética como algunos otros médicos a lo largo de la Historia, ya había tenido el atrevimiento quirúrgico desastroso de dejar ciego a Johann Sebastian Bach. En este caso, Taylor no solo no cura, tampoco, la vista de Händel, sino que ese desahogado oftalmólogo consigue que la salud general del músico se deteriore enormemente, perdiendo hasta el apetito.
    1. F. Händel poseía un fenotipo vigoroso y corpulento; comía de forma insaciable y exquisitamente. Sir John Hawkins, a posteriori y ya en el año 1776, cuando Händel ya había pasado a mejor vida, describe el físico del compositor sajón:
    «Era un hombre de gran altura y muy corpulento. Su caminar, siempre a paso lento, era poco agraciado y tenía una especie de movimiento como meciéndose, que distingue a aquellos que tienen las piernas torcidas. Su rostro estaba finamente marcado, y el aspecto general de su gesto era plácido, desprendiendo dignidad atemperada con bondad, y todas las cualidades del corazón que muestran tendencia a despertar confianza y a asegurar la estima. Pocos de los retratos que se le han hecho se acercan a un parecido tolerable, excepto uno pintado en el extranjero: en la impresión de él que hizo Houbraken, los rasgos son demasiado prominentes y en la media tinta de Hudson hay una dureza en su aspecto a la que su rostro era ajeno; el mayor parecido está en la estatua de su monumento, y en ella se refleja su fisonomía» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 211).
    VI.-EL FINAL SE ACERCA.
    El 11 de marzo de 1759, el músico ya no pudo ir al balneario de Bath, porque no se encontraba en las mínimas condiciones físicas adecuadas; aunque sí tuvo fuerzas suficientes como para redactar y firmar, ante un notario, el postrero de los cuatro codicilos de su testamento. Incluso dejó un fondo de 1.000 libras esterlinas para la denominada Sociedad de Apoyo a los Músicos Arruinados y a sus Familias.
    «Doy a cada una de mis doncellas un salario de un año por encima de lo que se les deba» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 212). Aunque siempre había deseado que su muerte le llegase en un Viernes Santo, «con la esperanza de reunirme con mi dulce Señor y Salvador, el día de Su Resurrección» (Haendel. Émile Damais. Espasa-Calpe, 1974; pág. 85).
    VII.-CONSUMATUM EST.
    No obstante, Georg Friedrich Händel no tendrá suerte en conseguir cumplir su deseo, ya que fallecerá el 14 de abril de 1759, que es Sábado Santo, por la mañana.
    El 17 de abril de 1759, James Smyth, perfumista londinense y amigo de Händel, escribió una misiva a Bernard Granville, amigo íntimo y coleccionista de música, un análisis de quien era el compositor fallecido, y lo que había representado para esa época del mundo de la música culta:
    «Conforme a lo que me pidió cuando marchó de Londres, que le dijera cuándo nuestro buen amigo abandonaba esta vida, el ‘pasado sábado, a las 8 de la mañana, murió el grande y bueno Mr. Handel’. Estuvo consciente hasta el último momento; dictó un codicilo a su testamento el martes, ordenó que fuera enterrado privadamente en la Abadía de Westminster, y un monumento que no excediera de 600 libras para él. Tuve la satisfacción de reconciliarle con sus viejos amigos; los vio y los perdonó, y dejó todos sus legados como estaban. En el codicilo dejó muchos legados a sus amigos, y entre los restantes me dejó 500 libras, y a usted le ha dejado dos cuadros que ‘usted le dio antes a él’. Se despidió de todos sus amigos el viernes por la mañana y manifestó que no deseaba ver a nadie salvo al doctor y al farmacéutico y a mí. A las 7 de la tarde se despidió de mí, y me dijo “nos encontraremos de nuevo”; tan pronto como salí le dijo a su criado “no le deje que venga más, porque ‘ya ha hecho lo que debía’”. Murió como había vivido –como un buen cristiano, con un auténtico sentido de sus deberes para con Dios y con el hombre-, y con perfecta caridad con todo el mundo» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 212).

    -WILLIAM CROFT-
    En la tarde del 20 de abril de dicho año, G. F. Händel fue enterrado en la Cruz Sur de la mencionada Abadía de Westminster, “se calcula que no había menos de 3000 personas presentes”, la información proviene del periódico London Evening Post, del 24 de abril.
    El lugar del cenotafio del compositor sería llenado 110 años después por el escritor Charles Dickens (Landport/Portsmouth, 7 de febrero de 1812-Gads Hill Place, 9 de junio de 1870). «Enterraron a Dickens en la misma tumba contigua, mejilla con mejilla con Handel. No importa, pero me duele pensar que gentes que pudieron hacer esto pudieron llegar a ser Deanes de Westminster» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 213; apud Samuel Butler, Notebooks, 1874-1902).
    El 21 de abril de 1759, en el Universal Chronicle se publicó un más que elegante epitafio: «Bajo este lugar/ están depositados los restos de/ George Frederick Handel./ El músico más admirable/surgido en cualquier época;/cuyas composiciones fueron un/lenguaje sentimental/más que simples sonidos;/y superaron la fuerza de las palabras/al expresar las distintas pasiones/del corazón humano» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 213).
    El texto elegido para su funeral fue un Funeral Anthem del organista-compositor de la Capilla Real, William Croft (Ettington, 30 de diciembre de 1678-Bath, 14 de agosto de 1727).
    En el año 1762, el escultor Louis-François Roubiliac (31 de agosto de 1702-11 de enero de 1762), realizó un monumento conmemorativo, con versos del poeta-filósofo-músico Torcuato Severino Boecio (¿?-23 de octubre de 524), que reza: “TELLUS SUPERATA, SIDERA DONAT. O, MODELANDO LA MATERIA, CREA ESTRELLAS”.
    -OBRA ESCOGIDA:
    -GIULIO CESARE IN EGITTO. HWV-17. Ópera en tres actos.
    Esta Ópera es magnífica, muy elegante, y con magisterio. Algunas de sus arias se han convertido ya en Arias de Concierto, y la obra ya ha llegado a los escenarios alemanes y del resto de Europa. Sus escenas son muy bellas, destacando varias de sus Arias y de sus Coros con un empaque fuera de serie.
    Los datos históricos corresponden a los años 48-47 a.C. narrados en la obra LAS VIDAS de Plutarco de Queronea (Queronea, c. 46 o 50-Delfos, c. 120. Historiador. Moralista. Filósofo y Biógrafo).
    Los Recitativos y las Arias se alternan sin solución de continuidad, tras un Preludio orquestal. La orquestación de la obra nos ofrece una paleta instrumental de una enorme riqueza, ya que emplea hasta dos trompas de diferente tonalidad, además de flautas de pico y traveseras, fagotes, violines, violas, tiorba, viola da gamba, oboes, y el clavecín como bajo continuo.
    La obra fue escrita para una cantante-soprano llamada Francesca Cuzzoni, como Cleopatra (Parma, 2 de abril de 1696-Bolonia, 19 de junio de 1778). «Que había logrado tener a todo Londres a sus pies, aunque fuera, como se dice, fea, baja, vulgar y sin talento dramático».
    Además intervinieron en el estreno: Margherita Durastanti-Soprano-Sexto Pompeyo; Francesco Bernardi“Senesino”-Castrato-Contralto-JulioCésar; Gaetano Berenstadt-Castrato-Contralto-Ptolomeo; Anastasia Robinson-Contralto (Cornelia); Giuseppe Boschi-Barítono (Aquilas).
    Deseo destacar, dentro de una pléyade de música inconmensurable, algunas de sus Arias y Coros, fuera de todo parangón:
    -TU LA MIA STELLA SEI.-DALL’ONDOSO PERIGLIO. -SON NATA A LAGRIMAR.-V’ADORO PUPILLE. -PIANGERÒ LA SORTE MIA. -PRIVA SON D’OGNI CONFORTO. -NON HA PIU. -ALL LAMPO DEL’ARMI. -VENERE BELLA.-L’EMPIO, SLEALE, INDEGNO. -MUORA, MUORA, CESARE, MUORA. -VA TACITO E NASCOSTO. El Aria cumbre de la obra. y-RITORNA OMAI. Un Coro muy ilustrativo.
    1º)-Jennifer Larmore; Barbara Schlick; Concerto Köln; Rene Jacobs. 1991.
    2º)-Walter Berry; Christa Ludwig; Philharmonic Orchestra Munich; Ferdinand Leitner. 1965.
    3º)-Marijana Mijanovic; Magdalena Kozena; Les Musiciens du Louvre; Marc Minkowski. 2003.
    4º)-Janet Baker; Valerie Masterson; English National Opera Orchestra; Charles Mackerras. 1984.
    5º)-Beverly Sills; Norman Treigle; New York City Opera Orchestra; Julius Rudel. 1967.
    6º)-Dietrich Fischer-Dieskau; Tatiana Troyanos; Münchener Bach Orchester; Karl Richter. 1970.
    -Ópera en tres actos. Según un libreto de Nicola Francesco Haym (Roma, 6 de julio de 1678-Londres, 31 de julio de 1729) para la Royal Academy of Music. Estrenada el 20 de febrero de 1724, en el Teatro de la Reina de Haymarket-Londres.

    -CENOTAFIO DE HÄNDEL DE L. F. ROUBILIAC-
    -BIBLIOGRAFÍA SOBRE GEORG FRIEDRICH HÄNDEL-
    -Friedenthal, R. (1959/1983): HÄNDEL. Rowohlt.
    -Basso, A. (1983): STORIA DELLA MUSICA. L’ETÁ DI BACH E DI HAENDEL. EDT.
    -Hogwood, C. (1984/1988): HAENDEL. Alianza Música.
    -Damais, E. (1974): HAENDEL.Espasa-Calpe.
    -CURRICULUM VITAE-
    Del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”. (CSIC).
    Del Ateneo de Valladolid (Creación año-1872).
    Del Instituto de Estudios Gerundenses (CSIC).
    De la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense (CSIC).
    Del Círculo Cultural Péndulo de Baza (UNESCO).
    Del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino (CSIC).
    Del Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” (CSIC).
    Del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos (CSIC).
    Del Centro de Estudios Históricos Jerezanos (CSIC).
    Del Ateneo Jovellanos (Creación año-1953).
    De la Sociedad Española de Estudios Clásicos (CSIC).
    De la Asociación Hispania Nostra.
    Asesor de la Asociación Cultural Reinos de España (FEAH).
    Del Instituto de Estudios Bercianos (CECEL/CSIC).
    De la Sociedad Española de Estudios Medievales (CSIC).
    211 Trabajos de HISTORIA publicados.
    37 Biografías de Músicos de Música Académica publicadas.
    105 Conferencias impartidas sobre Historia.
    -LIBROS PUBLICADOS-
    1.-EL GRAN REY ALFONSO VIII DE CASTILLA, “EL DE LAS NAVAS DE TOLOSA”. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2012. Cuenca.
    2.-BREVE HISTORIA DE FERNANDO “EL CATÓLICO”. Editorial Nowtilus. 2013. Madrid.
    3.-EL REY ALFONSO X “EL SABIO” DE LEÓN Y DE CASTILLA. SU VIDA Y SU ÉPOCA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2017. León.
    4.-EL REY ALFONSO VII “EL EMPERADOR” DE LEÓN. Editorial Cultural Norte. 2018. León.
    5.-URRACA I DE LEÓN. PRIMERA REINA Y EMPERATRIZ DE EUROPA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2020. León.
    6.-EL REY RAMIRO II “EL GRANDE” DE LEÓN. EL “INVICTO” DE SIMANCAS. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2021. Cuenca.
    7.-LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA. UN MITO HISTÓRICO. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2023. Cuenca.
    ———————————————————————————————————-

  16. DR. JOSÉ MARÍA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ dice:

    LO MISMO DE JOHANN SEBASTIAN BACH. Es para usted. Un saludo

    -PERSONAJES DE LA HISTORIA-
    -LA MUERTE DE JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750).
    Por GacetaAdmin- 2 de agosto de 2021
    POR: DR. JOSÉ MARÍA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ

    ILTMO. DR. DON JOSÉ MARÍA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ
    Historiador Diplomado en Estudios Avanzados de Historia Antigua y Medieval y Médico-Familia de Atención Primaria.
    Académico-Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Asturias (año-2013). RAMPA. IDE.
    Cofrade de Número de la Imperial Cofradía de Alfonso VII el Emperador de León y el Pendón de Baeza. (Creación año-1147)
    Socio de Número de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. ASEMEYA.
    Historiador de HISTORIA-16.
    Académico-Correspondiente del Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés.
    I.-INTRODUCCIÓN.
    En los años-40 del siglo XVIII, Johann Sebastian Bach (Eisenach, 31 de marzo de 1685-Leipzig, 28 de julio de 1750) tiene una actividad académica y musical vertiginosa, ya que se dedica a la restauración de diversos instrumentos musicales, sobre todo órganos. En el año 1747 lo hará con el gran órgano de Santo Tomás de Leipzig, la Thomaskirche. El pequeño órgano de la iglesia de San Juan también lo será entre los años 1742 y 1744. En el año 1746 realizará la misma función técnica en Zschortau y, a continuación, en Naumburgo.

    -JOHANN SEBASTIAN BACH-

    II.-SU VIAJE A BERLÍN.
    Desde hacía varios años, el rey Federico II “el Grande” de Prusia [Berlín, 24 de enero de 1712-REY DE PRUSIA entre 1740, y Postdam, 17 de agosto de 1786], presionaba a su clavecinista o clavicembalista titular, Carl Philipp Emanuel Bach (Weimar, 8 de marzo de 1714-Hamburgo, 14 de diciembre de 1788), que se encontraba bastante incómodo en la corte prusiana; el carácter de este hijo de Bach era bastante complicado.
    Por consiguiente, en la primavera del año 1747, Juan Sebastián decide viajar hasta la capital de Prusia; quiere aprovechar el viaje para tratar de arreglar las enconadas relaciones de su hijo en la corte de Berlín. Carl Philipp Emanuel tiene la fama de ser sumamente irónico, inclusive sarcástico y con un muy ácido sentido del humor. Este carácter no le ha granjeado muchas simpatías entre sus compañeros cortesanos.
    En esta ocasión está acompañado por su primogénito Wilhelm Friedemann Bach (Weimar, 22 de noviembre de 1710-Berlín, 1 de julio de 1784). Philipp Emanuel ha tenido su primer hijo, nato el 10 de diciembre de 1742, al cual han llamado Johann Auguste, por ello Johann Sebastian se encuentra muy feliz y henchido de gozo porque va a poder conocer a su primer nieto.
    El rey prusiano es un déspota ilustrado, y un gran soldado, además de un más que aceptable intérprete de flauta. Es un hombre muy culto, e inclusive tenía relaciones epistolares con Voltaire (François-Marie Arouet. París, 21 de noviembre de 1694-París, 30 de mayo de 1778), hasta en verso.
    Federico II de Prusia compone sonatas y conciertos, aunque con más interés que oficio; de corregir su escritura musical se encarga el musicólogo, profesor y virtuoso Johann Joachim Quantz (Scheden, 30 de enero de 1697-Postdam, 12 de julio de 1773).
    El 7 de mayo de 1747 Johann Sebastian llega a Postdam, “Suspendamos el consejo político porque llega el viejo Bach”.
    Ante el susodicho monarca prusiano realizará un recital, patognomónicamente demostrativo de su capacidad de improvisación general. En la sala de la ópera realizará un análisis expositivo pormenorizado de la capacidad acústica.

    -CARL PHILIPP EMANUEL BACH-
    En la iglesia de la Guarnición de Postdam o Garnisonkirche, la cual era la parroquia de la familia real de Prusia. Allí dará una magistral lección de virtuosismo en su órgano eclesial.
    En Sanssouci, que era el palacio de verano de Federico II “el Grande” de Prusia, cumbre del estilo rococó, Bach se dedicará a probar clavecines y pianofortes, siendo el constructor de los instrumentos Silbermann.
    Aquí nace el respeto entre monarca y músico, cuando Bach realiza una fuga a 3 voces sobre un tema-musical propuesto por el propio monarca; el regalo regio será un pianoforte.
    Tras dejar las “cosas” claras en relación al comportamiento irónico o sarcástico o burlesco de su hijo Carl Philipp Emanuel, Bach regresa a Leipzig, y como homenaje al rey realizará la obra denominada por él como la Ofrenda Musical, BWV-1079, que consiste en el desarrollo de un tema del soberano.
    III.-REGRESO A LEIPZIG.
    Cuando regresa a Leipzig, su desánimo es muy grande, ya que su grupo de alumnos y asistentes en Santo Tomás comprende nuevos thomanery más universitarios.
    Entre estos últimos deseo destacar a: Johann Friedrich Agricola (Dobitschen, 4 de enero de 1722-Eisenach, 1 de septiembre de 1780. Discípulo de Bach en 1728); Christian Friedrich Schemelli (Berlín, 30 de agosto de 1713-Zeitz, 27 de octubre de 1761. Con Bach en 1731); Johann Friedrich Doles (Steinbach-Hallenberg, 23 de abril de 1715-Leipzig, 8 de febrero de 1797. Alumno de Bach en 1736); Johann Philipp Kirnberger (Saalfeld, 24 de abril de 1721-Berlín, 27 de julio de 1783. Con Bach en 1737); Johann Gottlieb Goldberg (Gdansk, 14 de marzo de 1727-Dresde, 13 de abril de 1756. Alumno de Bach en 1740); Straube (Con Bach en 1740); Johann Christoph Altnickol (Sulikow, 1 de enero de 1720-Naumburg, 25 de julio de 1759. Con Bach en 1744); Johann Christian Kittel (Erfurt, 18 de febrero de 1732-Erfurt, 17 de abril de 1809. Con Bach en 1748); y Johann Gottfried Müthel (Mölln, 17 de enero de 1728-Riga, 14 de julio de 1788. Alumno de Bach en 1750), entre otros de mayor o menor enjundia.
    Entre los thomaner solo destacarán el magnífico Johann Ludwig Krebs (Buttelstedt, 12 de octubre de 1713-Altenburg, 1 de enero de 1780), y su propio primo Johann Ernst Bach (Eisenach, 28 de enero de 1722-Eisenach, 1 de septiembre de 1777).
    Como es público y notorio, el rector de la Escuela de Santo Tomás de Leipzig, de carácter abrupto y distante, Johann August Ernesti (1707-1781) no tiene el más mínimo interés por su Kantor y por la propia música sensu stricto.

    -EL REY FEDERICO II “EL GRANDE” DE PRUSIA-
    IV.-SU ÚLTIMO ENFRENTAMIENTO CON SUS ENEMIGOS.
    El hecho desencadenante se producirá en el año 1748, y es fuera de Leipzig.
    Uno de sus discípulos más brillantes y más inteligentes J. F. Doles, que desde 1744 será Kantor de Freiberg estará en el centro de la polémica.
    Johann Gottlieb Bidermann será el rector en funciones del Gymnasium de esa urbe, era un enemigo absoluto de la música culta o académica, y de su Kapellmeister, que era prestigioso para sus jóvenes alumnos.

    -JOHANN GOTTLIEB BIDERMANN-
    Cuando se conmemora el aniversario de la Paz de Westfalia (Münster, 24 de octubre de 1648), el rector aceptará que los alumnos interpretaran una ópera-buffa compuesta por Doles. El éxito fue muy grande, siendo interpretada entre el 14 y el 16 de octubre de 1748.
    El atrabiliario Biedermann comentó con muy mala fe que: “la música de Doles irritaba a los oídos delicados”. Inclusive en el propio Boletín de la escuela del mes de mayo de 1749 parodió al poeta Plauto (254 a.C.-184 a.C.), indicando: “que el abuso de la música lleva a la juventud a una vida desordenada”.
    El poeta Horacio (65 a. C.-8 a. C.) incluía a los músicos al mismo nivel que los charlatanes y los mendigos. En los albores del cristianismo, los músicos eran excluidos de la recepción de la eucaristía.

    -WILHELM FRIEDEMANN BACH-
    El irritable y de fortísima personalidad como era Johann Matttheson (Hamburgo, 28 de septiembre de 1681-Hamburgo, 17 de abril de 1764) atacó con energía, y hasta el propio Bach escribió a su alumno Georg Friedrich Einicke (Hohlsatedt, 16 de abril de 1710-Nordhausen, 19 de enero de 1770), que era el Kantor en Frankenhausen:
    «La réplica de Schröter está muy bien planteada y a mi gusto. Aparecerá próximamente. El “Mitrídates” del señor Mattheson ha suscitado un movimiento muy fuerte, y yo me he dejado convencer fácilmente. Imagino que otras ‘refutaciones’ van a salir en seguida, y no dudo de que se le deben limpiar las sucias orejas al Auctor para que se haga mejor oyente de la música…» (“Bach”. Olivier Alain, Espasa Calpe, 1974; pág. 114).

    -CHRISTOPH GOTTLIEB SCHRÖTER-
    El texto de Schröter se publicó modificado, se hizo más agresivo y se tituló como si fuese una Crítica Cristiana, pero Johann Sebastian Bach no pudo vivir lo suficiente como para poder realizar una adecuada rectificación del citado texto.
    El malhadado rector, ya citado de forma exhaustiva, atacará de forma zafia y soez al propio Bach, escribiendo un texto claramente lamentable: «Miserable legítima defensa impresa en Halle, en la que desaguan la estupidez y las chismorrerías del infecto Arroyo» (Bach. Olivier Alain. Espasa-Calpe, 1974; pág. 115). Como ya es sabido, el vocablo Bach significa Arroyo en alemán.
    El 26 de mayo de 1750, con Bach ya a las puertas de la muerte, el compositor escribe dificultosamente a Einicke un texto, que es su epístola póstuma: «Le ruego que salude de mi parte al señor Schröter, hasta que yo esté en condiciones de escribirle. Quiero excusarme en cuanto a las alteraciones padecidas por su examen, pues no tengo responsabilidad alguna en ellas, ya que hay que imputárselas a quienes se ocuparon de la impresión» (Bach; Op. Cit., pág. 115).
    V.-JOHANN SEBASTIAN REGRESA DE BERLÍN.
    Bach se dedica ahora a la compilación de todas sus obras maestras, para evitar plagios, destacando su profundo simbolismo musical. Tras su regreso de Berlín, Wilhelm Friedemann ya es organista y director de música en la iglesia de Nuestra Señora de Halle.
    Los esfuerzos de su eximio padre han conllevado que su primogénito pudiese obtener esa plaza sin concurso previo.
    A priori, Wilhelm Friedemann habría abandonado muy irritado la ciudad de Dresde, a pesar del predicamento musical de esta urbe; ya que el consistorio le había preterido a favor del alumno de su padre llamado Gottfried August Homilius (Rosenthal-Bielatal, 2 de febrero de 1714-Dresde, 2 de junio de 1787), que era un paradigmático intérprete de órgano en la Frauenkirche.

    -GEORG FRIEDRICH HÄNDEL-
    En la ciudad de Halle no se encontrará muy cómodo, ya que como ya es sabido era el lugar de nacencia del gran Georg Friedrich Händel (Halle, 22 de febrero de 1685-Londres, 14 de abril de 1759), y sus fricciones con las autoridades municipales ya serán continuas.
    Wilhelm Friedemann repite los problemas de su padre. En Dresde el consistorio tomará represalias, ya que descartará a su cuñado J. Ch. Altnickol para el puesto de organista en la Hagia-Sophiakirche o iglesia de Santa Sofía, quien tendrá que esperar hasta dos años para poder conseguir ese puesto de trabajo.
    Su primogénito siempre constituyó un auténtico quebradero de cabeza para Juan Sebastián. Siempre fue todo lo contrario Carlos Felipe Manuel, en quien se adivina un carácter apasionado, e individualista, con un nivel de inteligencia superior a la media de su época y generación; y cuyo porvenir siempre tenderá hacia la consecución de su consagración como músico; será un magnífico compositor.

    -JOHANN CHRISTOPH ALTNICKOL-
    VI.-EL RESTO DE LOS HIJOS DE JOHANN SEBASTIAN BACH-
    Su tercer hijo músico es Johann Christoph Friedrich Bach (Leipzig, 21 de junio de 1732-Bückeburg, 26 de enero de 1795), en este momento tiene 15 años de edad, y en el futuro será un gran clavecinista y un compositor notable.
    Su benjamín es Johann Christian Bach (Leipzig, 5 de septiembre de 1735-Londres, 1 de enero de 1782), y este pequeño solo tiene, ahora, 12 años de edad; es el juguete afectivo para toda la familia, adorable y mimado por su padre, y a posteriori se convertirá al catolicismo, por el influjo de uno de sus maestros, el fraile franciscano y compositor Giovanni Battista Martini (Bolonia, 24 de abril de 1706-Bolonia, 3 de abril de 1784). Poco antes de su muerte, Bach hará una excepción con su benjamín y le regalará tres clavecines.
    El 23 de marzo de 1748, Bach perderá a uno de sus alumnos más preclaros, Johann Gottfried Walther (Erfurt, 18 de septiembre de 1684-Weimar, 23 de marzo de 1748). Esta indudable tristeza será paliada cuando el 20 de enero de 1749 celebre la primera boda de una de sus hijas, Isabel Juliana Federica, quien lo hará con Johann Christoph Altnickol; este último alumno paradigmático y ayudante de Johann Sebastian en las principales iglesias de Leipzig.
    Bach le acreditará certificando (veinte días antes del enlace matrimonial) que su yerno es un estupendo músico, este hecho le permitirá conseguir el puesto de organista en el municipio sajón de Niederwiesa.
    «…El señor Altnickol ha sido nuestro ayudante regular durante estos cuatro años en nuestro coro de música, distinguiéndose por su voz (Altnickol era bajo) y por su maestría en diversos instrumentos, todo cuanto se puede desear de un músico hábil. Asimismo, un número no desdeñable de diversas composiciones muy bien hechas, fruto de su trabajo, han encontrado aquí una gran aprobación. Reúne, pues, condiciones para presentarse honrosamente a un puesto de director musical o de organista… En fin, es un ‘ecolier’ (En francés en el texto original. Bach quiere decir ‘uno de mis alumnos’) del que no podría avergonzarme» (Apud Bach. Olivier Alain; Op. Cit., Espasa-Calpe; págs. 120-121).
    Altnickol morirá a los 39 años de edad, probablemente de un infarto agudo de miocardio; y su joven y desconsolada esposa, Liesgen, será ya viuda a los 33 años. La situación económica de esta hija de Bach no se puede calificar de precisamente boyante, por lo que su hermano Carl Philipp Emanuel la ayudará económicamente constante y regularmente.
    En el año 1750, año de la muerte de Johann Sebastian, en el hogar del conspicuo y rebelde Kantor de Leipzig únicamente permanecerán: la hija primogénita Carlota Dorotea, todavía soltera a sus 42 años de edad; el hijo denominado sin acrimonia como “el bobo” que es un joven de 23 años de edad y que se llama Gottfried Heinrich, que está documentado que tenía un cierto grado de discapacidad intelectual; el pequeño Johann Christian de 15 años de edad, en el que ya se anuncia la maestría de su música; y dos hijas de 13 (Johanna Carolina) y de 8 (Regina Susanna) años de edad.

    -JOHANN MATTHESON-
    El hogar familiar es visitado con regularidad por sus últimos alumnos: Christoph Transchel (Braunsdorf, 12 de junio de 1721-Dresde, 9 de enero de 1800), y J. Ch. Kittel, a cuyos conciertos de órgano, en Erfurt, asistirán los filósofos, poetas y escritores: Johann Gottfried Herder (Mohrungen, 25 de agosto de 1744-Weimar, 18 de diciembre de 1803), Christoph Martin Wieland (Oberholzheim, 5 de septiembre de 1733-Weimar, 20 de enero de 1813), y Johann Wolfgang von Goethe (Francfurt-Main, 28 de agosto de 1749-Weimar, 22 de marzo de 1832); también asiste otro alumno llamado Johann Gottfried Muthel, pero este último solo tendrá unas pocas clases con el gran Bach.

    -JOHANN CHRISTOPH FRIEDRICH BACH-
    VII.-LA ENFERMEDAD Y MUERTE DEL COMPOSITOR-
    Johann Sebastian Bach sabe, nota y conoce que ha llegado al final de su vida, y ya menciona con frecuencia la frase: O Jesu, komm nur bald!, que se debe traducir por: ¡Oh Jesús, no tardes en venir! El grandioso Bach se está muriendo, y sus voraces enemigos pretenden, todavía y siempre, darle dentelladas.
    En primer lugar el 8 de junio de 1749: «Cuando Johann Gottlob Harrer, director de orquesta de Dresde y protegido del todopoderoso conde Brühl, hizo ejecutar en la Casa de los Tres Cisnes, en pleno Leipzig, una cantata suya. Su protector –que prácticamente gobernada Sajonia en nombre de su señor el rey de Polonia– había costeado la educación de Harrer, incluso enviándole a Italia para perfeccionar su oficio; al enterarse de que Bach empezaba a quedarse ciego a los sesenta y cuatro años, envió al Consejo de Leipzig una imperiosa recomendación de Harrer para la sucesión del ‘Kapellmeister’. Como dirá fríamente el cronista J. Salomón Riemer, “en caso de que el ‘director musices’ Juan Sebastián muriera…”» (Bach. Op. Cit., pág. 122).
    Juan Sebastián se niega a dimitir a pesar de la ceguera progresiva que ya padece, como los compositores Walther y Händel, causada por la ingente utilización de velas para escribir sus diversas partituras, en muchas ocasiones por la noche; por lo tanto, Harrer deberá esperar a que el maestro Bach se muera.
    Johann Sebastian no se podía permitir el lujo de quedarse ciego, con el ingente número de enemigos que tenía en su derredor. Por lo que aprovechando el viaje de paso, por Leipzig, del afamado cirujano oftalmológico el Caballero John Taylor (Norwich, 16 de agosto de 1703-Praga, 6 de junio de 1772), Johann Sebastian se dejaría operar entre el 28 y el 31 de marzo de 1750; y en una segunda ocasión entre el 5 y el 7 de abril de dicho año.

    -JOHANN WOLFGANG VON GOETHE-
    La cirugía sería un fracaso absoluto, y entonces el mal estado general del compositor se acentuó. Aunque de forma milagrosa, el 18 de julio de ese año, Bach, tiene la impresión de que está recuperando la vista; pero luego sufrirá una importante crisis hipertensiva, la cual degenerará en un glaucoma, declarándosele a continuación una Apoplejía o Accidente Cerebro Vascular, patología producida por una hemorragia cerebral, por una embolia o por una trombosis.
    John Taylor, operaba sin anestesia, y tenía un gigantesco % de fallos, dejando ciegos para siempre a cientos de personas. Se le calumnió constantemente indicando que el cirujano odiaba la música-académica o culta, ya que consideraba que se requerían los ojos para disfrutarla. Le abrió el globo ocular y le aplastó el cristalino. Parece ser que la indignación de muchos europeos hacia las cirugías de este personaje fue muy grande.
    “Su muerte se produjo por las infelices consecuencias de su muy poca exitosa operación”.
    Se colige, médicamente, que su ceguera también tuvo un componente relacionado con una diabetes-mellitus no tratada; acompañada por ese ACV que se complicó con una neumonía-bacteriana.
    A partir de este momento solo podrá aguantar vivo unos diez días. A las 21’15 horas del 28 de julio del año 1750, Ana Magdalena Bach y el pequeño Johann Christian ya lloran a su esposo y padre; quien ya podrá exclamar jubiloso e ilusionado que Cristo ya ha venido a buscarle.

    -EL CIRUJANO JOHN TAYLOR-
    El Consistorio de Leipzig respiró aliviado. Ana Magdalena (Zeitz, 22 de septiembre de 1701-Leipzig, 22 de febrero de 1760) reclama, entonces, el sueldo del semestre en curso, pero el tesorero municipal encontró, de forma torticera, la fórmula espuria para poderse ahorrar un mes entero del sueldo debido y no cobrado; asimismo, este funcionario manifestó, de forma indigna, que ese emolumento ya se le habría abonado más de veintisiete años atrás.
    «El señor Bach era un gran músico, pero no un maestro de escuela» (“Bach”; Op. Cit., pág. 124).
    No obstante, la herencia dejada por Bach es cuantiosa, unos 1007 taleros; tras la necesaria partición, la desconsolada viuda comenzará tener problemas: venderá algunos manuscritos al Concejo de Leipzig, que se los comprará desembolsando una cantidad ridícula.

    -JOHANN GOTTLOB HARRER-
    VIII.-LA FAMILIA Y LA OBRA DE BACH, TRAS SU MUERTE-
    Godofredo Enrique, el hijo poseedor de una importante discapacidad intelectual, se irá a vivir con el matrimonio Altnickol. Johann Christian se dirigirá a Berlín, para vivir y estudiar con su hermano Carl Philipp Emanuel, donde estudiará virtuosismo y composición. Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 27 de enero de 1756-Viena, 5 de diciembre de 1791) lo admirará sin ambages.
    Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 1770-Viena, 26 de marzo de 1827) y Robert Schumann (Zwickau, 8 de junio de 1810-Endenich/Bonn, 29 de julio de 1856), eran grandes admiradores del “Clave bien Temperado”-BWV 846-869.
    Y, por fin Félix Mendelssohn-Bartholdy (Hamburgo, 3 de febrero de 1809-Leipzig, 4 de noviembre de 1847), quien estrenará “La Pasión según Mateo/Matthäus- Passion”, BWV-244, en Leipzig, en el año 1829 con la Sing-Akademie de Berlín, en una versión abreviada.
    Los luteranos han utilizado dicha obra para la celebración de los servicios religiosos en el Viernes-Santo; lo que subraya la religión de Juan Sebastián Bach que era el luteranismo.
    La primera esposa de Bach sería su prima-segunda María Barbara (Gehren, 20 de octubre de 1684-Köthen, 7 de julio de 1720).
    Deseo destacar que el cuarto hijo de Bach y, probablemente el más brillante, fue Johann Gottfried Bernhard (Weimar, 1715-1739), era un ludópata empedernido, que tras abandonar su carrera musical se fue a estudiar derecho en Jena, urbe de la que se vio obligado a desaparecer por las numerosas deudas que había creado. Fallecería prematuramente a los 24 años. “Qui cum sapientibus graditur erit amicus stultorum efficientur similis”. ET. Soli Deo Gloria.
    -OBRA RECOMENDADA. CANTATA BWV. 42. “ABEND ABER DESSELBIGEN SABBATS O AL ATARDECER DEL MISMO SÁBADO”
    Esta obra fue escrita hacia el 8 de abril de 1725. No es una cantata coral. La presente obra, magnificente para el propio Bach, sería interpretada de nuevo en 1731 y en 1742.
    Es una extraordinaria cantata, y de una gran heterogeneidad. Su sinfonía de apertura es grandiosa, en la que existe un grupo-concertino conformado por oboes y fagot, el cual concierta o se contrapone a los instrumentos de cuerdas.
    En el aria nº 3 se remeda la frase central de dicho concierto. El nº4 es un canto coral en forma de duetto. Existen recitados explicativos de una importante solemnidad.
    La cantata concluye con una coral que pone música a dos estrofas, que Martín Lutero (Martin Luder/Martin Luther. Eisleben, 10 de noviembre de 1483-Eisleben, 18 de febrero de 1546) tradujo al alemán, es el DA PACEM DOMINE.

    -ANNA MAGDALENA BACH-
    -INTÉRPRETES-
    I.-Knut Schoch; Bas Ramselaar; Netherlands Bach Collegium; Peter Jan Leusink
    II.-Howard Crook; Peter Kooy; La Chapelle Royale; Philippe Herreweghe.
    III.-Paul Esswood; Kurt Equiluz; Concentus Musicus Wien; Nikolaus Harnoncourt.
    IV.-Julia Hamari; Philippe Huttenlocher; Bach Collegium Stuttgart; Helmuth Rilling.
    -BIBLIOGRAFÍA SOBRE J. S. BACH-
    –Johann Sebastian Bach. Culminación de una era. K. Geiringer. Contrapunto/Altalena-1982.
    –Johann Sebastian Bach. L. A. Marcel. Rowohlt-1981.
    –Johann Sebastian Bach. M. G. Eck. Rowohlt-1993.
    –Johann Sebastian Bach. W. Siegmund-Schultze. Philipp Reclam-1984.
    -Frau Musika. La vita e le opere di J. S. Bach. A. Basso. EDT-1979.
    –Juan Sebastián Bach. A. Salazar. Alianza-1985.
    –Bach. L. A. Marcel. Du Seuil-1961.
    –Bach. L. A. Marcel. Antoni Bosch-1980.

    –JOHANN SEBASTIAN BACH, INTÉRPRETE AL ÓRGANO-

    -CURRICULUM VITAE-
    Del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”. (CSIC).
    Del Ateneo de Valladolid (Creación año-1872).
    Del Instituto de Estudios Gerundenses (CSIC).
    De la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense (CSIC).
    Del Círculo Cultural Péndulo de Baza (UNESCO).
    Del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino (CSIC).
    Del Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” (CSIC).
    Del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos (CSIC).
    Del Centro de Estudios Históricos Jerezanos (CSIC).
    Del Ateneo Jovellanos (Creación año-1953).
    De la Sociedad Española de Estudios Clásicos (CSIC).
    De la Asociación Hispania Nostra.
    Asesor de la Asociación Cultural Reinos de España (FEAH)
    De la Sociedad Española de Estudios Medievales (CSIC).
    211 Trabajos de HISTORIA publicados.
    34 Biografías de Músicos de Música Académica publicadas.
    105 Conferencias impartidas sobre Historia.

    -JOHANN AUGUST ERNESTI-
    -LIBROS PUBLICADOS-
    1.-EL GRAN REY ALFONSO VIII DE CASTILLA, “EL DE LAS NAVAS DE TOLOSA”. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2012. Cuenca.
    2.-BREVE HISTORIA DE FERNANDO “EL CATÓLICO”. Editorial Nowtilus. 2013. Madrid.
    3.-EL REY ALFONSO X “EL SABIO” DE LEÓN Y DE CASTILLA. SU VIDA Y SU ÉPOCA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2017. León.
    4.-EL REY ALFONSO VII “EL EMPERADOR” DE LEÓN. Editorial Cultural Norte. 2018. León.
    5.-URRACA I DE LEÓN. PRIMERA REINA Y EMPERATRIZ DE EUROPA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2020. León.
    6.-EL REY RAMIRO II “EL GRANDE” DE LEÓN. EL “INVICTO” DE SIMANCAS. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2021. Cuenca.
    7.-LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA. UN MITO HISTÓRICO. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2023. Cuenca.
    “DEDICADO A MI ESPOSA, CONSUELO PÉREZ GÁMIZ; NACIDA EN ARCHIDONA-MÁLAGA; Y FALLECIDA EL MARTES Y 13 DE ABRIL DE 2021; POR UNA NEOPLASIA OVÁRICA Y UN TTO.-ONCOLÓGICO ABSURDO Y RIDÍCULO; ESENCIAL Y VITALISTA. AUXILIAR DE ENFERMERIA EN EL ERA-SAN MARTÍN DEL REY AURELIO-ASTURIAS. D.E.P. SUB ALTARE DEI”.

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